POR LA LIBERTAD
¿Cómo recuperarnos del daño económico?
Tanto en nuestra querida Guatemala como en el resto de los países del mundo, especialmente en Latinoamérica, enfrentamos problemas económicos serios derivados de las intervenciones estatales extraordinarias por el covid-19 que restringen nuestras libertades y derechos individuales. Una buena parte de la población ha perdido sus empleos. Hay empresas que ya han quebrado. Muchas están quebrando en estos días por la continuidad de las restricciones para que puedan operar. La recesión es un hecho. La población en riesgo alimentario se está incrementado a ritmos acelerados y la pandemia no cede.
' Temo que el gobierno, que es excesivamente burocrático, costoso e ineficiente, aumente más el gasto público y los impuestos.
Ramón Parellada C.
Los diferentes gobiernos copiaron las peores medidas que podían implementar en sus países sin tomar en cuenta dos cosas: primero que no había suficiente evidencia de que esas medidas funcionarían y segundo que el daño causado a la economía poniendo en riesgo más vidas humanas por falta de ingresos, desnutrición, enfermedades psicológicas y otras evitables sería mayor que las mismas causadas por la pandemia.
En nuestro país se acaba de aprobar la quinta prórroga al Estado de Calamidad que le otorga poderes especiales al ejecutivo y que permite restringir las libertades de los ciudadanos. Y los diputados ratificaron esta prórroga que a mi juicio ya no tiene justificación. Debido a este “estado de Excepción”, el Gobierno hizo quebrar empresas y que muchas personas quedaran desempleadas. También endeudó al país con préstamos millonarios para crear programas paliativos que les ayudaran a superar la situación. Ya llevamos tres meses y medio de confinamiento forzoso y aún hay quienes no reciben esas ayudas. Lo más grave de todo es que se creó un fondo específico para la pandemia y al día de ayer apenas habían ejecutado el 7.49% del mismo.
Después de todo el daño económico causado por las medidas restrictivas del gobierno ahora se habla de reactivar la economía. Temo que el gobierno, que es excesivamente burocrático, costoso e ineficiente, aumente más el gasto público y los impuestos. Pero lo hecho ya es historia. ¿Qué podemos hacer de ahora en adelante? Yo le pondría mucha atención a lo que otros líderes han expresado.
Boris Johnson, primer ministro del Reino Unido, afirmó que “son los individuos y no el gobierno quien debe hacerse cargo de la siguiente fase de la respuesta al coronavirus. Eso significa más libertad, pero también más responsabilidad individual”. Me queda claro que el gobierno no es ni ha sido la solución. Luis A. Lacalle Pou, presidente de Uruguay, ante la presión que hacía un diputado de incrementarle impuestos a las empresas comentó: “Hoy gravar el capital es amputar la posibilidad de los que van a hacer fuerza en la salida de la crisis, por eso no lo vamos a hacer”. Su respuesta fue clara y contundente. “No podemos incrementar impuestos a quienes nos sacarán adelante, a quienes crean riqueza, a quienes emprenden, producen, comercian y generan empleos”. Lo interesante es que él y los principales ministros y funcionarios públicos que ganan arriba de los US$1,900.00 al mes, se impusieron un impuesto por dos meses del 20% de sus ingresos.
La claridad de Lacalle y de Johnson radican en la libertad y responsabilidad individual y en la economía de mercado para recuperarnos de esta debacle. No cabe duda de que son grandes estadistas. Podrán tener sus defectos, pero tienen clara la forma en que se recuperarán sus economías. ¿Qué tan claro lo tendremos en nuestro país? ¿Entenderemos que necesitamos más empresas que generen riqueza para que el país se recupere? Para recuperarnos rápidamente necesitamos menos trabas y regulaciones, menores impuestos y mayor certeza jurídica.