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Comunicación no violenta: ¿se considera chacal o jirafa?

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Muy a menudo, la forma de comunicación que hemos aprendido desde niños tiende a herir tanto a los demás como a nosotros mismos. Emitir juicios moralistas a quienes no siguen los valores en los que creemos, es un tipo de comunicación que puede hacer que los demás sean hostiles hacia nosotros.

' Sin darse cuenta, la forma que se habla, el tono que se usa y el juicio que se emite, causa dolor a otras personas.

Brenda Sanchinelli

Ahora más que nunca al observar la manera tan agresiva como están comunicándose la mayoría de las personas al expresarse, se hace necesario hablar de a Comunicación No Violenta, (CNV) una herramienta comunicativa creada por el psicólogo Marshall Rosenberg como una nueva modalidad de expresión que nos permite “repensar la forma en que nos expresamos y escuchamos a los demás”.

Con la expresión “No Violento” Rosenberg se refiere a que la mayor parte de la comunicación humana, incluso entre individuos que se aman, se produce de forma “violenta”, es decir, sin darse cuenta de que la forma en que se habla, se pronuncian las palabras (el tono) y el juicio que emite, -seguido muchas veces de una amenaza o de un castigo-, causa dolor o lesiones a otras personas. Este tipo de comunicación genera conflictos interpersonales.

Según Rosenberg, todos hemos recibido una educación defectuosa, violenta y que genera violencia, porque contradice nuestra verdadera naturaleza, que en cambio es empática y compasiva. El solía explicar la CNV usando dos títeres: una jirafa y un chacal, para comparar la diversidad de violento vs. no violento. Por lo que, la jirafa se convirtió en el emblema de la comunicación empática, primero porque tiene el corazón más grande de los mamíferos, es herbívora y por lo tanto tiende a no atacar, aunque es muy fuerte y sabe defenderse, y al tener un cuello largo tiene una gran observación no solo de su frente, sino ve el panorama general.

El lenguaje violento, que es al que estamos acostumbrados, se vincula con el “lenguaje de chacal”, este juzga, culpabiliza, exige, reprocha y pretende cambiar al otro y hace juicios moralistas sobre los demás.

La CNV es un proceso que consta de cuatro componentes: observaciones, sentimientos, necesidades y peticiones. La idea es hacer una observación sin emitir un juicio. Por ejemplo, si digo “¡Siempre dejas la ropa tirada!” ya estoy expresando un juicio y una valoración. Pero si en cambio, digo “Esta mañana saliste sin recoger tu ropa”. Estoy haciendo una observación y no una acusación. Luego debo manifestar mis sentimientos en relación con lo que he observado. Entonces, continuando con el ejemplo anterior: “Esto me hace sentir frustrada y triste…”. Después, debemos tener el valor de decir con sinceridad qué necesidades están relacionadas con los sentimientos que hemos identificado: “porque necesito orden en tu cuarto”. Finalmente, hay que expresar nuestra solicitud de manera clara y específica: “¿Podrías a partir de hoy recoger la ropa sucia antes de salir? ”

Este proceso de cuatro puntos se puede utilizar tanto para expresarnos empáticamente, como para recibir de la misma forma lo que otra persona está expresando. La práctica de esta forma de comunicación nos ayudará a observar y analizar la forma cómo enviaremos el mensaje a los demás, para hacerlo de una forma empática. Acostumbrarnos a observar sin juzgar y detectar los sentimientos y necesidades nuestras y de los demás, sin duda nos ayudara a mejorar nuestra vida y la de los que nos rodean.

La Comunicación No Violenta propone una nueva forma de ver la vida y una manera adecuada de expresar nuestros sentimientos a través de una comunicación bien dirigida, que finalmente nos ayudará a tener unas estupendas relaciones interpersonales con los demás.

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