POR LA LIBERTAD
Corrupción y gobierno excesivo
La corrupción se ha posicionado como uno de los más importantes problemas a corregir en nuestra querida Guatemala. Tal vez no sea el peor de los problemas que tenemos, pero tiene muchísimo que ver con la falta de un sistema de justicia sano y el enorme tamaño del gobierno.
Ramón Parellada Cuadrado
Ya escucho a mucha gente dándome la razón en cuanto a las deficiencias del sistema de justicia, pero no cuando menciono lo exageradamente grande que es nuestro gobierno. Aclaro que es grande en cuanto a funciones que no le corresponden y regulaciones. ¿Cuántas leyes y regulaciones hay en el país? ¿Cuántas están obsoletas? Precisamente muchas de estas leyes y regulaciones que implican funcionarios que reciben sueldos para hacerle la vida imposible a los ciudadanos y a los empresarios son las que causan corrupción debido a la discrecionalidad y poder que ejercen estos mismos empleados públicos.
Este famoso dicho: “El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente”, de Lord Acton, se aplica aquí y en todas partes del mundo, recordándonos precisamente que cuanto más poder tenga una persona, más abusará del mismo. Solo fijémonos en los incentivos que existen para que muchas personas a través de la política lleguen a posiciones claves de poder con lo que se enriquecen indebidamente. Me viene a la mente en este momento las empresas vinculadas a diputados que participan de la repartición de obras del gobierno, las negociaciones que hacen los candidatos con otros partidos políticos para recibir apoyo a cambio de alguna posición importante e influyente en el siguiente período de gobierno, las mordidas que piden funcionarios para no pararte una obra o una empresa y que puedas seguir funcionando, el tortuguismo que ocurre en los expedientes de cualquier persona que tiene el poder para atrasar deliberadamente un juicio, un permiso o una licencia.
La corrupción disminuiría radicalmente si disminuyen las regulaciones y leyes que son excesivas y sobran en Guatemala. Simplificar la función del gobierno enfocándola en lo que debe hacer, en su razón de ser, que es Seguridad y Justicia, disminuirá la enorme corrupción actual. Enfocarse en Seguridad y Justicia será suficiente para cualquier persona que asuma la presidencia y logre tener políticos en el Congreso que eliminen el exceso de regulaciones y leyes en el país.
Guatemala necesita urgentemente una ley para eliminar leyes. Es la “Ley de Ocaso”. Cualquier ley que después de cinco años de estar en vigencia no sea refrendada por los diputados del Congreso de la República dejará de ser ley automáticamente. Solo las leyes que sean refrendadas por el Congreso seguirán en vigencia por otros cinco años. Así, las leyes más importantes seguirán funcionando. Las obsoletas, que solo sirven para que funcionarios sin escrúpulos chantajeen a ciudadanos de a pie, desaparecerán.
Aparte de eliminar leyes, regulaciones, controles, requerimientos, permisos, licencias y muchas cosas más para que una persona pueda producir riqueza pacíficamente deberíamos eliminar también todos aquellos ministerios o instituciones que no tienen que ver con Seguridad y Justicia. En la medida en que avancemos hacia este objetivo, los derechos individuales a la vida, propiedad y libertad quedarán garantizados de mejor manera. El crimen disminuirá (homicidios por cada cien mil habitantes). El crecimiento económico aumentará logrando así que el nivel de vida de todos los guatemaltecos mejore rápida y sustancialmente. La migración ilegal a Estados Unidos disminuirá también debido a que se multiplicarán las oportunidades de mejora de nivel de vida en nuestro país y la corrupción disminuirá enormemente.