SIN FRONTERAS

Cuatro millones de embajadores comerciales

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En los últimos años, hemos podido ver cómo el Ministerio de Relaciones Exteriores (Minex) puede convertirse en un auténtico bastión del sistema corrupto y mezquino que mantiene al país en un modelo que sirve a pocos y perjudica a muchos. Con frecuencia, al hablar de mala gestión en esta cartera, salen a colación los infames nombramientos de financistas, allegados y socios del poder, lo cual indigna. Pero a pesar de que sea comprensible la indignación que causan estos nombramientos, es importante poner sobre la mesa que el aprovechamiento a favor de particulares del Minex no está solo en los nombramientos inoportunos (forma), sino en la cooptación de sectores poderosos en lo que constituye parte del fundamento de su esencia (fondo), es decir, su función de servir como puente comercial entre el país y el resto del mundo. Históricamente los canales de comercio diplomático han sido acaparados por intereses de los grupos de poder económico del país, cuyo único interés es el lucro individual. Se ha dado, por tanto, un caso más en el que lo público sirve como aparato gratuito para el beneficio privado de un puñado de eternos privilegiados. No es casualidad, así, como al despacho del Canciller, los muchachos de las cámaras económicas han podido entrar en muchas gestiones, como auténticos Pedros por su casa.

' La diáspora guatemalteca en EE. UU. vive en ciudades cuyos mercados esperan producto nacional.

Pedro Pablo Solares

Le dejo con una atractiva idea: Guatemala podría tener 4 millones de embajadores comerciales en el país que más consume en el mundo. En ese país, Estados Unidos, actualmente Guatemala tiene nombrados a 4 agregados comerciales, uno en la embajada en Washington, y los otros 3 en Nueva York, Miami y Los Ángeles. Es fundamental la labor de gobierno para servir de puente económico entre Guatemala y el mundo. Sin embargo, se plantea la hipótesis de que los casi 4 millones de paisanos que viven actualmente en la Unión Americana, podrían servir como auténticos embajadores comerciales, aprovechando los fuertes lazos que han construido con las comunidades donde viven, en especial los guatemaltecos, que se aglomeran en pequeñas ciudades estadounidenses, que se constituyen en auténticas y potenciales ciudades hermanas de los pueblos y aldeas de donde proviene la mayoría de los guatemaltecos que ahí residen. En lo personal he visitado 84 de estas pequeñas ciudades, en 18 Estados. Pero existen datos suficientes para proyectar que este número de ciudades podría superar las 3 centenas.

Hace algunos años tuve oportunidad de conversar con el alcalde de la ciudad de Júpiter, esto en Florida. Ahí radica una gran cantidad de guatemaltecos; en especial, provenientes de aldeas jacaltecas. El alcalde compartía, en ese entonces, cómo le gustaría estrechar lazos con la ciudad de Jacaltenango, y poder comercializar productos elaborados en Guatemala. Creía él que los vecinos de Júpiter comprarían estos productos, en especial por la enorme simpatía que se han gozado los trabajadores entre una comunidad que, en general, aprecia el enorme aporte que dan. Pero, decía el alcalde, no sabía ni siquiera cómo entablar comunicación con autoridades guatemaltecas.

En los últimos días, el canciller Brolo ha tomado acciones que hacen pensar que el Ministerio está regresando a su normalidad, tras el torbellino de la administración anterior. Habría que preguntar, sin embargo, si esa normalidad en este país de desigualdades, es lo mejor a lo que podemos aspirar. Más de la mitad de la diáspora guatemalteca en EE. UU. vive en ciudades pequeñas cuyos mercados locales esperan producto nacional elaborado por manos del lugar de donde viven sus vecinos guatemaltecos. Pero para esto, el Ministerio tendría que ampliar su visión más allá de lo que las cámaras tradicionales imponen como agenda económica del país. 4 millones de embajadores trabajando por la prosperidad de sus comunidades. Imagine usted ese potencial.

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