CABLE A TIERRA
¿Declarará la OMS el cese de pandemia en 2023?
Estamos próximos a cumplir 3 años desde que se declarara la Alerta Sanitaria Internacional por la pandemia de covid-19. A la fecha se reportan 665,740,989 de casos detectados y 6,669,947 muertes por la enfermedad, aunque los análisis de exceso de mortalidad de la Organización Mundial de la Salud (OMS) estiman que han ocurrido por lo menos unos 14.83 millones de muertes por el covid-19, el doble de lo oficialmente reconocido. Además, entre el 14% y el 30% de las personas que han presentado la enfermedad, presentan síntomas de “covid prolongado” por lo menos durante 90 días. Una porción de estos pacientes tiene síntomas por períodos aún más largos, y con condiciones que frecuentemente les dificulta retornar a sus labores debidamente, o llevar una vida familiar y social normal.
' Lo que vive China con el covid-19 muestra el alto riesgo que todavía corremos globalmente frente al virus.
Karin Slowing
Estas cifras podrían ser mucho peores si no contáramos con las vacunas. A principios de enero 2023, el 69.1% de la población mundial ya cuenta por lo menos con una dosis de vacuna. Haber vacunado en 2 años a 5 mil 530 millones de personas es un logro más que extraordinario de la humanidad. Además, un estudio del Colegio Imperial de Londres realizado en 2022 estimó que desde el inicio de la vacunación hasta finales del 2021 se habrían evitado entre 14.4 y 19.8 millones de fallecimientos por el covid-19 a nivel mundial.
La alta efectividad de la mayor parte de las vacunas, y el uso de la vacunación heteróloga (vacunar usando vacunas producidas por métodos distintos) han cambiado el curso natural de esta enfermedad, reduciendo su letalidad principalmente, y nos permiten esperar con mayor esperanza que en 2023, la OMS pueda, finalmente, declarar el cese de pandemia. Por supuesto, esto no significa desentenderse u olvidarse de la enfermedad o peor aún, hacer un manejo inadecuado de los brotes y que nuevas variantes del virus puedan poner en riesgo lo ya alcanzado. Lo que se vive en China en la actualidad es una muestra del alto riesgo que todavía corremos globalmente frente al virus.
El riesgo de que la explosión de casos que ocurre en China tenga repercusiones globales es real y se está traduciendo en el resurgimiento de ciertas medidas de control fronterizo en algunos países. Por el momento, estas se limitan a exigir pruebas a los viajeros procedentes de ese país, pero si la situación se descontrola más, pues también hay brotes provocados por nuevas variantes como la XBB.1.5. que ha surgido en Estados Unidos, y que avanza con mayor capacidad de infectar, o los brotes en Europa, el escenario optimista que describí inicialmente puede cambiar y alejarnos del anhelado objetivo de olvidarnos de la pandemia. Especialmente, si esta nueva variante (u otras) llegan a mostrar mayor habilidad para escapar de la protección inmunitaria que ofrecen las vacunas actualmente disponibles.
Esa es mi aflicción cuando veo los niveles de cobertura vacunal que tenemos en Guatemala, que apenas superan el 50% para primera dosis. Acá predomina un pensamiento mágico-animista de que Guatemala “es diferente” y que acá nunca pasará lo que sí ha pasado en otros países. Hay mucho que estudiar todavía para entender por qué, en algunos países, la pandemia no ha causado escenarios tan dramáticos como los documentados en otros países. Mientras tanto, lo que urge es avanzar con la vacunación. Al respecto el LaboratorioDeDatosGt hizo una recomendación al MSPAS sobre cómo aprovechar mejor las 600 mil dosis que hay disponibles ahorita para incrementar la cobertura poblacional y proteger a los de mayor riesgo, aún excluidos de la vacunación. No esperemos hasta que venga acá una de esas variantes que sí haga los estragos que hemos visto en otros países.