Nuestro urbanismo ha ido en declive donde se construye de acuerdo con el mercado, cuando somos un país sísmico, donde deben de existir planes urbanos regionales adecuados con áreas abiertas que permitan a las personas tranquilizar la falla ocasionada por un terremoto, con relaciones entre altura y espacio.

Muchas construcciones ubicadas lejos de los focos económicos importantes de la ciudad se sitúan en barrancos o en laderas, sitios física o socialmente de alto riesgo, amenazados por cualquier incidencia, dentro de los cuales están los sismos, deslaves e inundaciones, y asaltos de las maras.

Lo que se debería tratar en primer plano de su ubicación son en municipalidades, que es donde se encuentra la mayoría de proyectos de desarrollados urbanos. Con el Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda y el Ministerio de Desarrollo, son los rectores encargados de formular y establecer las políticas públicas orientadas a mejorar el nivel de bienestar de personas y grupos vulnerables socialmente. Junto con el Infom, son los encargados del desarrollo integral municipal, quienes deben ser las entidades que impulsen las condiciones y nivel de vida, con el fin de construir un futuro digno para los individuos, su familia y la comunidad.

Es por ello que los programas sociales de estas instituciones deben estar encaminados a implementar políticas en el campo de la educación, salud y productividad para las personas en pobreza y pobreza extrema, las cuales deben tomar en cuenta no solo lo rural, sino también lo urbano. Lo importante son esas estrategias, como las dispuestas por Naciones Unidas desde 1982.

Exigen un cambio sustancial en la oferta de oportunidades de progreso para la población joven que está en aumento. Es así como existe este crecimiento no inclusivo con falta de oportunidades que ha generado la violencia e inseguridad, que se ha convertido en uno de los principales motores de la inmigración.

“El talento universitario y los operarios son los más calificados del país en búsqueda de más ingresos y una mejor calidad de vida; mientras que los operarios no están tan calificados y viven en zonas de difícil migración y han optado por dedicarse a la economía informal o en actividades ilícitas, integrándose a las mafias del crimen para obtener más ingresos, por lo que se deberá atender integralmente la problemática de inseguridad en aspectos físicos y violencia, fortaleciendo los esquemas de prevención a través de la participación ciudadana, con la construcción de espacios seguros y apoyo a poblaciones vulnerables; asegurando además que la justicia sea accesible a todos garantizando derechos y deberes, porque como ha sido siempre en Guatemala, el secular abandono del desarrollo humano ha sido un freno absoluto para el país.