META HUMANOS

Desbloqueando el potencial de las futuras generaciones

|

¿Es posible diseñar un sistema de aprendizaje que sea tan resiliente que pueda adaptarse y prosperar en diferentes entornos y contextos? Uno que ayude a las personas a desbloquear su potencial, diseñar y realizar sus sueños, sin importar cuán complejas sean las circunstancias?

Esa es exactamente la oportunidad que tenemos en Guatemala. Las condiciones de nuestro contexto en temas de educación y desigualdad junto con factores externos como la globalización y el acelerado avance en la tecnología genera el escenario ideal para rediseñar y repensar un sistema de aprendizaje que no solo sea adaptable a nuestra realidad, sino que también inspire la creatividad y el pensamiento crítico, virtudes de suma importancia para los retos contemporáneos.

La globalización ha tenido un profundo impacto en la educación, nos ha brindado herramientas y oportunidades de generar transferencia de conocimiento y experiencia de otros contextos. Esto se logra efectivamente cuando las personas tienen la capacidad de conectar y adaptarse a diferentes entornos y culturas. Por esta razón es tan importante para un contexto como el nuestro, con tanta diversidad cultural, social y natural, reflexionar sobre cómo estamos enseñando estas capacidades de relacionarse y valorar la diversidad a los futuros actores de cambio de nuestra sociedad.

¿Cómo podemos, entonces, empezar ese proceso de rediseño? Propongo cuatro puntos de partida.
El primero es fomentar una cultura de “Inteligencia Colectiva”, que promueva la creatividad por medio de la colaboración entre todos, que ayude a cultivar un entorno innovador en donde surjan nuevas ideas para resolver retos contemporáneos. Esto se puede hacer estableciendo espacios creativos y multidisciplinares. Espacios como laboratorios y plataformas para crear y prototipar ideas son esenciales, ya que brindan oportunidades de desarrollo centrados en la colaboración.

' La resiliencia aplicada a la innovación del aprendizaje.

Manfredo Corado

El segundo es repensar el espacio público como espacios de Aprendizaje. El espacio público de las ciudades y entornos construidos es el lugar más importante para promover la estimulación y conexión neuronal en los niños a través del desarrollo correcto de su movilidad, ocio y curiosidad. Necesitamos repensar nuestras calles, parques y plazas como espacios sanos y saludables que propicien el desarrollo de sus capacidades. De esta forma tendremos espacios de aprendizaje para todos y un valioso capital intelectual en las próximas generaciones de forma sostenible.

El tercero es invertir en herramientas y tecnología que apoyen el acceso al aprendizaje, dirigidas a promover aprendizajes diversos, que faciliten escalar la accesibilidad a las mismas. Por otro lado, es el recurso más útil en relación costo beneficio para la transmisión de conocimientos, lecciones y experiencias con otros actores, acortando las distancias físicas y temporales.

El cuarto es incentivar el aprendizaje continuo y de por vida, elemento clave para construir un sistema educativo resiliente, en donde la pasión y el interés por el aprendizaje es de por vida. Esto, gracias a la globalización y la experiencia de otros contextos, se puede lograr a través de diversas estrategias formativas fuera del aula que fomenten la curiosidad y el celebrar los errores, como parte del proceso formativo.

Teniendo en cuenta estos pilares de diseño, cada uno de nosotros puede promover la transformación de la educación en su entorno por uno más resiliente, incluyente y creativo. Lo importante es estar siempre abierto a nuevas ideas, dispuesto a experimentar e innovar, además de estar preparado para realizar cambios en función de los resultados que se obtengan.

ESCRITO POR:

ARCHIVADO EN: