DESDE GINEBRA

Despedida del director general de la OMC

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El 14 de mayo de este año, el director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), sorpresivamente, ante los 164 miembros anuncia que dejará el cargo el 31 de agosto, un año antes de que concluyera su segundo mandato.

' Sobre los logros alcanzados en su gestión, mencionó el Acuerdo de Facilitación del Comercio.

Eduardo Sperisen-Yurt

Ante el Consejo General, el órgano decisorio de más alto nivel de la OMC, el 23 de julio en su discurso de despedida, el aún director general de la OMC, Roberto Azevêdo, reflexionó sobre los logros obtenidos durante los siete años al frente del organismo internacional y sobre los desafíos que enfrenta para los siguientes años. En su discurso de despedida dijo, entre otros: “Hemos logrado mucho, pero queda mucho por hacer. En septiembre de 2013 dije que la OMC estaba en una encrucijada. Todavía está en una encrucijada, y seguirá siéndolo por algún tiempo todavía. Esto no es sorprendente, porque esta organización es demasiado importante para que sea fácil, y esto significa que los resultados negociados aquí son siempre el producto de una diplomacia verdaderamente compleja, larga y dolorosa”.

Sobre los logros alcanzados en su gestión, mencionó al Acuerdo de Facilitación del Comercio, que volvió a colocar a la Organización en el mapa como un lugar para la elaboración de normas comerciales mundiales. Este acuerdo, según Azevêdo, dio la confianza en que sí era viable la vía multilateral, y que, con suficiente voluntad política y pragmatismo, podría llegar a acuerdos de gran valor para el comercio, el crecimiento y el desarrollo. Luego comentó que intentó avanzar en los asuntos restantes de la Ronda de Doha, pero que fue una tarea difícil al enfrentar los problemas, a pesar de que probó una gran cantidad de enfoques potenciales con intensos esfuerzos, incluidas las consultas con representantes permanentes, que hizo evidente que las posiciones en muchas áreas estaban más separadas que nunca, con brechas que se ampliaban en lugar de cerrarse. Por ejemplo, dijo, “no hemos podido avanzar en las negociaciones en curso sobre los subsidios a la pesca, así como en las discusiones sobre agricultura”.

En Nairobi, en 2015, logró cosechar algunos resultados multilaterales importantes. La eliminación de los subsidios a las exportaciones agrícolas y sus distorsiones comerciales, así como la expansión del Acuerdo de Tecnología de la Información, que redujo y eliminó los aranceles de productos tecnológicos de nueva generación. Después de Nairobi, la OMC se vio envuelta por fuertes vientos políticos, afirmó, “estos vientos en contra y las tensiones asociadas en torno al comercio se deben, en gran medida, a los avances dramáticos en la tecnología y los cambios que han provocado en los mercados laborales y en las sociedades en general”.

También es cierto, dijo, “que las políticas sociales y económicas internas no han hecho todo lo posible para contener las desigualdades de ingresos y oportunidades y para garantizar que los beneficios del comercio estén más extendidos”. Pero que pesar de estas circunstancias muy desafiantes, quedarse quieto, para esta organización, no era una opción. “Necesitábamos encontrar formas de avanzar”, aseveró.

Sobre el futuro, entre otros indicó, que las iniciativas nuevas se han convertido en una parte importante del trabajo, con un número creciente de participantes de los mundos desarrollados y en desarrollo. Con transparencia e inclusión de los proponentes, donde los enfoques de los miembros comenzaron a explorar formas innovadoras de avanzar en temas de interés, como comercio electrónico; la facilitación de inversiones para el desarrollo; micro, pequeñas y medianas empresas; regulación nacional de servicios; y el comercio y el empoderamiento económico de las mujeres.

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