MIRAMUNDO

Desprecio de municipalidades al ambiente

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Si vamos a la zona 15 por el llamado columpio y encontraremos la destrucción de lo que era un bello bosque por la construcción de un residencial de lujo en zona 10, situación denunciada por elPeriódico con relación a la titulación de dichos inmuebles, pero si pasamos de la zona 5 a la 1 por Matamoros veremos cómo el otrora barranco de Gerona se invade por pequeñas viviendas, en ambos casos el resultado es el mismo, la pérdida de espacios verdes y la municipalidad de la capital como cómplice. En la zona 10 con licencia y del otro lado de forma clandestina, lo verde se perdió.

' Gobierno con gobierno, la contaminación del agua dulce crece.

Alejandro Balsells Conde

Con tanta construcción en la capital Empagua debería concentrar la administración del agua y del alcantarillado, pero en la conocida “Ciudad del Futuro” se edifican edificios y autorizan pozos por doquier sin mayor planificación como que el manto freático fuera eterno.

La administración del régimen de aguas, por lo menos en lo que es Ciudad de Guatemala, Villa Canales, Villa Nueva, Mixco, Palencia, las Pinulas y Fraijanes es un verdadero relajo, tan es así que la jurisprudencia de nuestro Tribunal Constitucional para supuestamente resolver estos conflictos es contradictoria y además todos los días incumplida, dibujándose con alto perfil el poco amor propio que tenemos los vecinos para dejar un servicio de esta magnitud a la deriva.

La Municipalidad de Mixco autorizó la construcción de unas torres de apartamentos en pleno Cerro Alux, y un tema de tanto interés para quienes vivimos en el Valle de la Ermita y aledaños, no preocupa más que a unos cuantos vecinos que han dado alguna voz de alarma, porque en nuestro país se adoptó que los derechos son privilegios.

El Lago de Amatitlán está destruido, en buena parte, por la desidia municipal de las autoridades limítrofes, pero por si fuera poco nuestra negligencia llega a Honduras en vía directa por el Río Motagua y poco nos importa la gran demanda que, de seguro, perderemos. Si esto pasa con dos mantos de agua dulce estratégicos, ya podemos imaginar la política ambiental de municipalidades como las de Puerto Barrios o Lívingston en el Caribe o Iztapa, Puerto de San José, Taxisco o Chiquimulilla en el Pacífico, por mencionar algunos.

El Ministerio de Ambiente es una autoridad que no funciona. Nuestra Constitución ordena: “el Municipio y las entidades autónomas y descentralizadas, actúan por delegación del Estado… Se establece como obligaciones mínimas del municipio y de toda entidad descentralizada y autónoma, las siguientes: a) Coordinar su política, con la política general del Estado, y en su caso, con la especial del Ramo que corresponda”. No se necesita ser ingeniero ambiental para percatarse de que el Ministerio de Ambiente no coordina mayor cosa cuando, gobierno con gobierno, la contaminación del agua dulce crece, carecemos de un régimen de aguas, pero sobre todo, la jurisprudencia es una brújula loca que no resuelve el fiambre en torno a una pregunta elemental ¿quién es el responsable de la administración del agua?

El barranco de zona 10, el barranco de Gerona, el Cerro Alux, son vivos ejemplos de cómo existe una clara intención de destruir bosques urbanos y de manera paralela no se construyen parques, ¿cuál fue el último parque construido en la Ciudad de Guatemala por la Municipalidad? Sin duda debemos agradecer a quienes pensaron, en su momento, los parques existentes porque así como ocurre en la capital, la situación se repite en todo el país.

Costa Rica ha hecho del tema ambiental un fundamento de toda su política pública, ¿por qué no aprendemos un poquito de la experiencia vecina? ¿cuánto tiempo más puede durar esta anarquía en el tema ambiental?

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