En la década de 1940, un grupo de técnicos y profesionales graduados en el extranjero que se dedicaban a planificar y construir edificios y viviendas en Guatemala, constituyó el Centro de Arquitectos, asociación de tipo gremial alrededor de la empresa Las Quebradas, del arquitecto Alberto Novella, al que se ingresaba por invitación.

A mediados de 1952, después de estudiar arquitectura en México y Estados Unidos de América, regresaron a Guatemala Roberto Aycinena Echeverría, Carlos Haeussler Uribio y Jorge Montes Córdoba con la inquietud e interés por crear una facultad de arquitectura. La gestión ante la Universidad de San Carlos (Usac) no prosperó por falta de fondos. Sin embargo, con el apoyo del ingeniero Humberto Olivero, decano de la Facultad de Ingeniería, se creó el Departamento de Arquitectura, que funcionó durante cinco años. Los arquitectos fueron incorporados al Colegio de Ingenieros.

Su perseverancia cristalizó el 7Jun1958, cuando el Consejo Superior Universitario autorizó la creación de la Facultad de Arquitectura, primera en Centro América. El 5Sept1958, Roberto Aycinena, miembro del Consejo Superior Universitario en representación del Colegio de Ingenieros y Arquitectos, fue nombrado Decano Interino, dándose por creada la Facultad de Arquitectura. Esa fecha es reconocida como Día del Arquitecto en Guatemala.

Por su parte, cuando Hermes Marroquín se graduó (primer arquitecto de la nueva facultad) sumado a los arquitectos que poseían título universitario, se completó el número de graduados requerido por la Ley de Colegiación Universitaria para crear el Colegio de Arquitectos.

El acta constitutiva de la fundación, del viernes 26Ab1963, recogió los nombres y firma de los 26 profesionales que la suscribieron. El arquitecto e ingeniero Enrique Riera Isern fue registrado como Colegiado No. 1. Así pues, este año el Colegio de Arquitectos de Guatemala cumplió 60 años, por lo que el Estado de Guatemala le otorgó la Orden del Quetzal.
El pasado martes 5, en celebración de ambos acontecimientos: aniversario del colegio y día del arquitecto, la Junta Directiva del Colegio homenajeó a los colegas que este año cumplimos 25 y 50 años de habernos colegiado. El acto se desarrolló en el Patio de La Paz, del Palacio Nacional, al que fuimos invitados junto a nuestros seres queridos.

Fue agradable encontrar a viejos amigos que en una bella etapa de la vida compartimos aquel importante período de formación académica. Coincidir con los jóvenes que cumplieron 25 años, me hizo recordar la lejana noche de 1998 cuando fuimos convocados para recibir el reconocimiento por 25 años de colegiación. El encuentro fue ameno, pues había pasado mucho tiempo sin vernos, además de la oportunidad de saludar a los “viejos”, más de alguno apreciado catedrático, que recibían el homenaje por los 50. El encuentro se alargó y, luego de compartir con la alegría que la ocasión nos dio, de manera jocosa alguno se despidió diciendo, ¡Bueno muchá, nos veremos de nuevo cuando nos den el reconocimiento de los 50!… y el martes pasado se nos hizo.

De la promoción fuimos pocos los presentes. La mayoría fue de otros grupos que se graduaron ese mismo 1973, con quienes compartimos espacio y simpáticas vivencias estudiantiles. A los ausentes les recordamos con cariño y admiración por la labor desarrollada en los diferentes ámbitos del ejercicio de la profesión. Brindamos por ellos y por su valioso aporte en beneficio de nuestro amado país.

En esta oportunidad, por obvias razones, no hubo pronóstico de un futuro encuentro, además del hecho que no existe la figura de los 75 años de colegiado… jajaja