NOTA BENE

Diez deseos para el año nuevo

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La novelista inglesa George Eliot afirmó que “nunca es demasiado tarde para ser lo que pudieras haber sido”. Cada año nuevo representa una oportunidad para mejorar y crecer. Es oportuno reflexionar sobre potenciales cambios, tanto en nosotros mismos como en la sociedad. Listo aquí diez áreas en las que podríamos trabajar durante el 2022.

1. Dar gracias. Siempre podemos ser más agradecidos con Dios y con las personas que nos rodean. La gratitud es una virtud maravillosa, porque deliberadamente elegimos celebrar la realidad, venga como venga. La gratitud destierra el odio y el resentimiento. Podemos dar gracias por cosas pequeñas y grandes, como la respiración, la brisa, el sol amarillo, el amor, la salud y, por qué no, las pruebas y el sufrimiento.

2. Confinar el miedo. El Gran Encierro decretado para combatir el covid-19 fue posible parcialmente porque tuvimos pavor de contagiar y ser contagiados, de socializar y de la muerte. Despojémonos de esos tóxicos temores y ansiedades y vivamos la vida de forma plena, a pesar de los naturales riesgos.

3. La familia es vital. El núcleo familiar determina nuestra esencia. Allí aprendemos a ser personas responsables, libres y virtuosas. El proyecto más importante para los esposos es labrar un ambiente familiar basado en el amor, la alegría y el respeto mutuo. Los ciudadanos contribuyen positivamente al crecimiento económico de su país cuando provienen de hogares sanos y luchadores. Debemos oponernos a las corrientes políticas e ideológicas que pretenden destruir esta ancestral institución.

' ¡Bienvenido, Año Nuevo!

Carrol Rios de Rodríguez

4. Libertad, libertad, libertad. Los humanos podemos dejar que, poco a poco, otros amenacen o carcoman nuestros espacios de libertad, en aras de una mayor seguridad, un subsidio, una protección u otro. Mi deseo es que los guatemaltecos nunca perdamos la libertad antes de reconocer su inmenso valor. Que nuestra cultura, nuestro arte, nuestra música, nuestros líderes y nuestra literatura exalten este don absolutamente esencial para el florecimiento humano en dignidad.

5. Revalorar la verdad. La verdad objetiva existe. Superemos las tendencias al relativismo, el cinismo, la irracionalidad, la intolerancia y la “post-verdad”, hasta reencontrarnos en un diálogo constructivo y realista. La tolerancia mutua es posible si separamos a la persona, infinitamente valiosa, de sus planteamientos y actos. Podemos, juntos, aplicar la inteligencia a una conversación sincera, en búsqueda de la verdad.

6. No es un juego de suma cero. La lucha de clases, el conflicto de intereses y la expoliación no son condiciones necesarias en las interacciones entre nosotros. La mayor parte del tiempo entablamos relaciones de gana-gana. Es hora de abandonar esas engañosas mentalidades violentas que han sembrado desesperanza, odio y pobreza.

7. Reconocer a los héroes reales. Admiremos a quienes emplean sus talentos para emprender y crear riqueza. No son los megafamosos, los demagogos ni los políticos. Señalemos a nuestros hijos esos modelos productivos y decentes.

8. Recuperar un sentido de belleza. Esforcémonos este año por recuperar el sentido del asombro y dejémonos cautivar por lo bello.

9. Respetar. Sustituyamos el sarcasmo, la burla y el insulto que dominan el submundo de Twitter, por ejemplo, con la buena educación y la cordialidad.

10. Limitar los abusos del poder. Finalmente, espero que en el año venidero los latinoamericanos, incluyendo a los nicaragüenses, peruanos y chilenos que fueron encantados por las sirenas socialistas, recordemos la advertencia de Lord Acton sobre el efecto corruptor del poder absoluto. Aprendamos a poner límites efectivos a la clase política con tendencias fascistas y totalitarias.

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