MIRAMUNDO

Dios no es cristiano

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Antier tuve la oportunidad de hurgar en la Librería San Pablo la cual vende material católico, hallé bajo el nombre de “Dios no es cristiano y otras provocaciones” una compilación de mensajes de Desmond Tutu, el Obispo Anglicano que significó tanto para el proceso de reconciliación sudafricano y además Premio Nobel de la Paz de 1984.

' Pervertir el ejercicio de la fe con motivaciones políticas destruye al Estado y claudica en la fe.

Alejandro Balsells Conde

El libro es de esos que atrapan y no dan tregua, oportuna la reseña cuando señala “en un mundo de sufrimiento y conflicto, donde las leyes humanas chocan con demasiada frecuencia con la ley de Dios, los mensajes esperanzados e intemporales de Tutu se hacen cada vez más necesarios”.

En nuestro país, estamos viendo no solo una mediocridad para el manejo de los asuntos públicos como el que nos dio hace unos días la asamblea de alcaldes para elegir nuevas autoridades de la Anam, sino también para las constantes invocaciones a Dios con el objeto de apoyar propuestas legislativas para desvirtuar al Estado Laico, pero sobre todo, también se confunde el papel de las iglesias en nuestra sociedad, toda vez que procurar una legislación para facilitar el lavado de capitales en torno a ellas, no solo es perverso, sino además mina la fe de la feligresía.

Creer en Dios no es cuestión de repartir bendiciones todo el día, la idea y la concepción de Dios es universal y abarca, por supuesto, a todos aquellos que no tienen nuestra misma fe, o que incluso no creen en Él. “Hacemos un flaco favor a nuestras religiones, y las desprestigiamos, si no defendemos la verdad, si no luchamos por la justicia, si no somos la voz de los sin voz, si no somos los defensores de aquellos que no se pueden defender por sí mismos”, señaló Tutu y este mensaje es para todos.

En este libro se encuentran preguntas provocativas, ojalá algunas fueran respondidas por quienes desde tribunas políticas pretenden ser ungidos de la gracia Divina, Tutu nos señala “¿Qué pruebas tenemos de que los cristianos son mejores?¿Acaso no hay pruebas abrumadoras en la dirección contraria?”, también el autor nos explica que somos de la religión que somos porque la familia y nuestra posición geográfica nos la condiciona, si hubiésemos nacido en otros lares, otras serían nuestras creencias y no haber conocido la fe cristiana no nos puede hacer malos o ajenos a Dios.

En Guatemala en donde se desprecian los esfuerzos por construir la paz y la justicia, viene como anillo al dedo esta reflexión: “Hacemos poca justicia y honor a nuestro Dios si queremos, por ejemplo, sostener que Mahatma Gandhi no era verdaderamente un alma grande, un varón santo que caminó muy unido a Dios. Nuestro Dios sería demasiado pequeño si no fuera también el Dios de Gandhi, si Dios es uno, como nosotros creemos, entonces es el único Dios de su pueblo”.

El mensaje de uno de los de pensadores protestantes más importantes de la historia reciente, nos obliga a comprender que nadie tiene el monopolio sobre Dios y por ello, construir una sociedad tolerante a todos los credos religiosos es fundamental para poder ejercer nuestra misma fe.

Nuestra constitución señala “el ejercicio de todas las religiones es libre”, por ello es un acto de libertad creer o no creer en Dios de la forma en que cada uno escoge y al parecer una cuestión tan esencial se pretende pervertir para garantizar marcos de abuso por quienes juran a los cuatro vientos temor a Dios.

El respeto hacia el ejercicio de la libertad ajena es la única forma de construir la paz y para ello el juego democrático, el cual radica en el libre juego de ideas, es el inicio y cimiento.

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