REGISTRO AKÁSICO

El crimen transnacional nos ataca

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La delincuencia trasnacional obliga a reforzar la capacidad de la defensa nacional. En la zona fronteriza de Chiapas hay muchas denuncias de intimidación, agresiones armadas y secuestro de personas por bandas de narcotraficantes. Desde el 27 de abril pasado, en el Ejido Sinaloa, Frontera Comalapa, Chiapas, están desaparecidos un agente ejidal con sus dos hijos. También en ese municipio, en febrero de este año, tres comerciantes guatemaltecos fueron secuestrados en la carretera hacia La Trinitaria.

Las cifras de desaparecidos son inéditas: 20 en Comitán, 13 en Trinitaria, cinco en Amatenango de la frontera y una persona en Chicomuselo, muchas de ellas autoridades ejidales. Además, hay reclutamiento para integrar a jóvenes en bandas del crimen organizado. Las gavillas han tenido la osadía de desalojar a sedes de la Guardia Nacional, un cuerpo de policía mexicano, como sucedió en San Gregorio Chamic. Aparte, también se enfrentan entre sí, al buscar controlar las redes de trasiego y campos de siembra para fabricar narcóticos. Escondidos bajo árboles, hay camiones con caparazones de planchas de acero para participar con armas largas en las reyertas entre delincuentes.

Para tener capacidad de enfrentamiento contra los facinerosos, nuestro país tuvo que adquirir cuatro vehículos tácticos blindados Pitbul XV para ser distribuidos en varios puntos donde se alcance la frontera con México. El equipamiento tuvo un coste de US$3.1 millones pagados a Alpine Armoring Inc. Se trata de pequeños camiones Ford con blindaje de nivel seis para transporte de personal. Eventualmente se les puede poner una torreta para armas de alto poder. La adquisición es modesta, pues en El Salvador se compraron 30 que se sumaron a otros 11 Hurricane para el regimiento de Caballería blindada, y en México se incorporaron 249 al extenso contingente de carros de combate de su ejército.

' Una política de seguridad responsable tiene su costo, pero fortalece la independencia nacional.

Antonio Mosquera Aguilar

Mientras tanto, también la armada tuvo que reforzarse. El mes pasado se recibió un patrullero costero Metal Shark 85 Defiant, para operaciones en el Pacífico. La embarcación completa las seis naves similares de la Fuerza de Mar del Ejército Nacional. En las lanchas y sumergibles de transporte de droga se encuentran armas de grueso calibre, así no basta con lanchones con tripulantes al descubierto para interceptarlas, como se hacía hasta ahora.

Basta un funcionario deshonesto en una posición de poder para que muchos delincuentes internacionales y sus cómplices para lavado de dinero se apropien de viviendas, bodegas y hasta puertos. Por lo tanto, el fortalecimiento de la capacidad de combate y movilidad es toral en los cuerpos de seguridad nacionales.

Un entresijo es la política de seguridad de EUA. La generala Richardson, jefa del Southcom, había señalado en la cámara de representantes su desinterés por incrementar la lucha informática. Sin embargo, hace una quincena la misma anunció la instalación de un Centro de Operaciones de Ciberseguridad en Costa Rica, pactado durante una reunión con el presidente Rodrigo Chaves. La misma generala, en la misma comparecencia, lanzó sapos y culebras contra la República Popular China (RPCh); no obstante, en su visita a Honduras exhibió buenas migas con la presidenta Xiomara Castro, quien abrió relaciones con la RPCh. Además anunció el apoyo para repotenciar los aviones supersónicos F5 de la Fuerza Aérea de ese país, así como un convenio de coordinación con la vigilancia de radar del Comando Sur. Si no fuera poco, entregó otro Metal Shark 85 Defiant, para engrosar a la armada hondureña. ¿Operaciones de decepción contra malos aliados?

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