PLUMA INVITADA
El criterio de elección
El criterio de selección partidista de los ciudadanos de Guatemala en las elecciones del 25 de junio del 2023 se ha movido desde las grandes clasificaciones de Platón y Aristóteles hasta las apreciaciones de cual mejor, óptima o correcta. Se toman en cuenta los propios juicios de valor y las preferencias ajenas. En una expresión el ciudadano no escribe su voto en una papeleta, sino prescribe su elección a partir de consideraciones de orden muy diverso.
' Los escenarios de las elecciones son todos buenos, aunque sus formas de expresión no lo sean.
José Miguel Argueta
El prescribir esa elección lleva consigo un juicio de valor (que depende de su formación cívica), en la que externa su intención de modificar el comportamiento político del Estado, la nación y las comunidades municipales. Cuando el individuo que puede elegir y ser electo ha sido normativizado a través de los actores que dirigen los partidos políticos con una recopilación de datos de su interés su criterio de elección es sistemático. Ahora si se orienta una actitud de aprobación o desaprobación a las condiciones que pueden cambiar orientando una preferencia el criterio de elección es un juicio de valor.
Se debe tener en cuenta que el partido por sí mismo no puede influir vinculado a un cambio de la estructura de la realidad pues los juicios de valor son mucho más complejos que los juicios de hecho que no modifica el actuar actual de los ciudadanos que votan sin una comprensión de una realidad histórica y social y sin entender un ápice el compromiso con una ideología. En otras palabras, las evaluaciones que dan el resultado de las elecciones son producto de un criterio de elección que lleva las diferencias hasta sus últimas consecuencias que rebasa cualquier intento de proyecto social por esa desconfianza comprensible de cada ciudadano con la cual escribe tal o cual símbolo en un papel.
Los escenarios de las elecciones son todos buenos, aunque sus formas de expresión no lo sean. Es decir, la elección del 25 de junio de 2023 se adecua a la realidad histórica del país después de la pandemia y que, dadas las situaciones actuales ceteris paribus cada partido está en una situación óptima sobre la percepción ciudadana de la política partidista.
Ahora si conceptualizamos la idea de democracia platónica, todos los escenarios son malos pues son una degeneración de un óptimo en el sentido de Pareto, en donde no es posible beneficiar a unos ciudadanos sin perjudicar a otros. El criterio de elección aristotélico es donde los criterios democráticos se adecuan a formas reales de comportamiento, en el caso guatemalteco el constitucionalismo con sus aciertos y yerros.
En las Elecciones Generales 2023, no hay escalas de preferencias, no hay tipologías que concuerdan, no se puede utilizar un criterio de las mejores, las malas y las peores. No se puede entonces explicar cómo sería un óptimo Estado o un modelo de este. No se pueden eliminar los vicios y conservar las virtudes pues no ha sucedido así en todos los países que incluso provocaron una revolución. El criterio de elección debe ser confiado a ese esfuerzo ciudadano de comprender su realidad histórica, las líneas de desarrollo histórico para tener como consecuencia la organización de la vida política de los guatemaltecos, sus representantes, sus cortes y sus leyes.