Recuperar el deterioro de la confianza hacia nuestras instituciones requiere de liderazgo y responsabilidad. Globalmente ha aumentado la desconfianza hacia las instituciones, causada por dos factores importantes: errores de personas en puestos de liderazgo y la polarización social. Y Guatemala no es la excepción. Como país asumiremos el próximo proceso electoral con una falta de confianza que se debe abordar de forma responsable para proteger las elecciones libres, un aspecto fundamental para la alternabilidad y límite del poder público.

Las sociedades han evolucionado para organizarse de una forma pacífica y controlar el poder público. Guatemala, en los últimos años, ha logrado construir un proceso electoral y de transición de poder público democrático. Sin embargo, los errores del último proceso electoral y la mala gestión de los magistrados de la anterior magistratura pusieron en riesgo este avance y dañaron la credibilidad, ocasionando así una disminución de la confianza de la ciudadanía hacia las elecciones y el Tribunal Supremo Electoral (TSE).

Los magistrados actuales del TSE tienen la oportunidad y responsabilidad histórica de organizar un proceso electoral que brinde confianza hacia los ciudadanos, y para alcanzar esto es necesario: estricto cumplimiento a la ley, mantener íntegro el proceso y conteo del voto, adquirir sistemas de transmisión de datos confiables y actuar con total transparencia.

El sistema de conteo de votos recae en la ciudadanía que participa en los diferentes órganos electorales. Esto debe mantenerse así y sin ninguna alteración. La tecnología es un vehículo y facilitador, pero bajo ningún aspecto puede, ni debe, sustituir las etapas del voto y su conteo por parte de los órganos electorales. El sistema utilizado en Guatemala está plasmado y resguardado físicamente en papel, lo que nos da certeza y confianza como ciudadanos.

El sistema de transmisión de datos fue uno de los graves errores del último proceso electoral en 2019 que dañó la credibilidad y confianza hacia las instituciones electorales en el país. Actualmente, el TSE anuló un proceso de adquisición en el que solo existió un oferente que ha sido gravemente cuestionado en otros países. La repetición de este proceso de adquisición del sistema de transmisión puede representar una buena oportunidad para construir confianza hacia el TSE y la gestión electoral, esto sucederá solo si se realiza de forma transparente y se asegura que se adjudicará a una empresa con trayectoria reconocida en el país y sin ningún cuestionamiento grave. Después de los errores del último proceso electoral, los magistrados del TSE no pueden permitir que una entidad con cuestionamientos tenga a cargo la transmisión de datos en el proceso electoral.

Para este nuevo proceso de adquisición es de gran trascendencia que se realicen convocatorias previas y publicidad del proceso en el sistema de Guatecompras y en los periódicos de mayor circulación en el país. Esto para asegurar la participación de varias entidades. Otro componente importante es que las bases de licitación en este nuevo proceso deben ser objetivas y científicas y bajo ninguna circunstancia se deben percibir que estén dirigidas para favorecer a alguien en particular. Se deben separar las bases para los distintos productos que se necesiten adquirir para que varias entidades puedan ofertar con precios competitivos y de mercado.

La principal misión y enfoque deben ser unas elecciones confiables y limpias. Para ello, esta fase preparativa en donde se adquieren los productos para la gestión de las elecciones, el actuar del TSE debe ser completamente transparente y construir confianza con la ciudadanía.