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Gran Reset, qué significa y por qué despierta tantos temores
Esta semana se está celebrando la 51 edición del Foro Económico Mundial de Davos 2021, por primera vez de manera virtual. Esta es solo la primera fase del evento, pues la segunda parte se realizará presencialmente, en Singapur, entre el 13 y el 16 de mayo. La pandemia, las desigualdades sociales y clima son los temas en los que se centraron los debates.
' ¿Es que acaso ha llegado la hora de acordar otro nuevo comienzo?
Brenda Sanchinelli
Ha quedado claro que el mundo no volverá a ser el mismo después del covid-19, este aceleró la ruta de las desigualdades económicas a nivel global. La palabra clave en este foro es “confianza”, que se ha perdido, en el capitalismo, en las instituciones, en los gobiernos, pero sobre todo por el mal manejo de la pandemia, lo que impactó económicamente al mundo, conduciéndolo a niveles de desempleo y pobreza nunca vistos. Entonces, debe resaltarse que la humanidad lo que está buscando en estos momentos es cooperación, multilateralismo y reactivación poscovid. Para lo cual los procesos de vacunación serán clave para resurgir.
Curiosamente la temática de este año se denominó El gran reinicio. Esto ha llamado la atención, ya que también hace 75 años, después de la Segunda Guerra Mundial, los líderes del mundo se reunieron para acordar un nuevo comienzo y orden basado en cooperación internacional y prosperidad. La expectativa para el 2021 parece ser la misma, ya que los líderes del mundo se encuentran en una encrucijada histórica, manejando presiones de corto plazo contra incertidumbres de mediano y largo plazo.
Se supone que las mejores mentes del mundo, multimillonarios y políticos influyentes —al menos 1.500 líderes— estuvieron discutiendo y aportando remotamente sus puntos de vista sobre el estado del mundo y cuál debería ser la ruta por seguir. Prácticamente nuestros destinos están en manos de estas personas. Se esperaba que el líder chino asumiera algún tipo de responsabilidad por la propagación del virus y su manejo; sin embargo, no lo hizo. Más bien reafirmó su fe en el multilateralismo y, también, en el respeto a las diferencias mutuas, esperando encontrar la receta de una solución que derrote al virus.
Países como Guatemala nos sentimos identificados con las palabras del presidente sudafricano, que habló sobre las desigualdades, criticó lo que define como “el nacionalismo de las vacunas”. Como era de esperarse, la apropiación de vacunas se está convirtiendo en una especie de guerra, por la dificultad de los países más pobres para adquirirlas. La intervención de Vladimir Putin mostró una óptica objetiva, al señalar la radicalización de las sociedades, que traerá revoluciones a nivel mundial. Dijo que los países que parecían democráticos no lo son en verdad. Las grandes empresas tecnológicas han empezado a desempeñar un papel preponderante, compitiendo de facto con los mismos gobiernos y que el poder de decisión lo tienen las multinacionales.
En conclusión, los líderes dijeron lo que ya todos sabemos, las causas fundamentales del fracaso del sistema es una profunda desconexión entre la realidad de la producción y la de las necesidades humanas. Pero esto no es lo importante, sino las soluciones y la ruta a seguir que impondrán.
Es allí donde surgen los temores, ante esas propuestas concretas que vendrán para “reiniciar al mundo”. ¿De qué manera nos afectará? Es preocupante porque, técnicamente, un reinicio en el lenguaje informático significa borrar todo el software y los datos de un disco duro para reformatearlo, con el fin de comenzar de nuevo. Transpuesto a la actividad humana, entonces implicará una transformación profunda de todo lo que hasta entonces había sido, se hacía y se pensaba comúnmente. Y nos guste o no, es indudable que este es el principio del Nuevo Orden Mundial.