Urbanismo y sociedad

Guatemala, ¿está preparada?

Plan territorial del país y sus zonas de riesgo

Guatemala es un país con montañas, barrancos, volcanes y planicies, por lo que se debe organizar mediante un plan territorial, pues vivimos permanentemente en medio de crisis territoriales, por lo que se debe establecer un plan territorial y sus zonas de riesgo, según lo siguiente.

Plan territorial del país y sus zonas de riesgo

Fase 1. Generación de condiciones y prediagnóstico. Fase 2. Diagnóstico:  análisis territorial, incluyendo amenazas y vulnerabilidades, usos actuales, análisis de problemáticas y potencialidades, análisis de escenarios, modelo de desarrollo territorial. 3. Planificación y ordenamiento territorial, incluyendo visión de desarrollo, organización territorial futura, usos futuros del territorio, modelo de desarrollo territorial futuro. Fase 4. Gestión y seguimiento, incluyendo socialización del plan. Gestión interinstitucional y alianzas. Instrumento de gestión, acciones de seguimiento, informes de seguimiento. Fase 5. Planificación basada en proyectos públicos y privados, con enfoque en políticas públicas integrales.

Ordenamiento territorial basado en la estrategia internacional para la reducción de desastres de Naciones Unidas del 2009, en que una amenaza natural es un proceso o fenómeno natural que puede ocasionar muerte, lesiones u otros impactos a la salud, al igual que daños a la propiedad, la pérdida de medios de sustento y de servicios, trastornos sociales y económicos o daños ambientales. Se refiere a fenómenos “potencialmente peligrosos”, cuando están asociados a una población, su medio construido y su economía. Estas pueden ser de origen geológico, hidrometeorológico o amenaza sísmica, que se refieren a la probabilidad de que una determinada acción sísmica se produzca sobre un punto del territorio con una cierta extensión, intensidad y duración. Esta amenaza se origina por la repentina liberación de energía de tensión lentamente acumulada en una falla de la corteza terrestre.

Mediante una guía de análisis de riesgos naturales para el ordenamiento territorial se deben definir las amenazas volcánicas o la probabilidad de ocurrencia de un evento volcánico en un tiempo y área determinada potencialmente dañino, como los casos en Guatemala, en especial el último terremoto, en 1976, con 26 mil muertos, que puso en relieve la gran falla del Motagua que dividió Guatemala en dos partes de norte a sur. Y la otra falla, la del Pacífico, a lo largo de la costa.

Las amenazas hidrometeorológicas son la interrupción de la actividad social y económica o la degradación ambiental que producen inundaciones, flujos de lodo y detritos, ciclones tropicales, marejadas; rayos/truenos, tormentas, granizo, lluvia o vientos y otras tormentas severas; sequía, desertificación, incendios forestales, temperaturas extremas, algo muy común en nuestro medio.

De esta forma, se podría decidir el riesgo que se obtiene a partir de relacionar la amenaza o probabilidad de ocurrencia de un fenómeno de una intensidad específica, con la vulnerabilidad de los elementos expuestos. A diferencia de un riesgo, un desastre corresponde a una seria interrupción en el funcionamiento de una comunidad o sociedad que ocasiona una gran cantidad de muertes, al igual que pérdidas e impactos materiales, económicos y ambientales que exceden la capacidad de la comunidad o la sociedad afectada para hacer frente a la situación mediante el uso de sus propios recursos.

Todo esto hace que muchos migren, porque sus asentamientos se ubican en sitios inestables e inhabitables, por lo que se debe definir un plan de ubicación de las personas en sitios adecuados física y económicamente.

ESCRITO POR:
Alfonso Yurrita Cuesta
Arquitecto con estudios de urbanismo en Land Reform Training Institute, Taiwán / Lincoln Institute of Land Policy, Inc., EE. UU. Director de la Unidad Planificación Urbana Municipalidad de Guatemala. Desarrolló el Plan Regulador de Antigua Guatemala.