CATALEJO
Guatemala quedará sin su amigo Taiwán
La realidad política es dura e implacable. Guatemala, de seguro perderá a un país amigo, el admirable Taiwán, cuya constante y prolongada cooperación en muchos niveles es innegable. Menciono dos ejemplos: programas de beneficio a los pequeños agricultores y la ampliación y modernización de la carretera hasta Sanarate. No se ha llegado a Puerto Barrios porque lo impide la férrea negativa oficial a la condición de manejar los fondos y escoger los constructores, pues deja fuera a la corrupción. Aprendió la lección de haber entregado dinero a Portillo, aunque fuera para sobrevivir.
' Si Xi Jinping logra apoderarse de Taiwán, Guatemala quedará sin un amigo de larga trayectoria para su desarrollo.
Mario Antonio Sandoval
Hoy, la tensión internacional es profunda y peligrosa. China quiere apoderarse de Taiwán y la presencia de Pelosi fue una valentía personal, pero fuerzas militares chinas comunistas hacen toda clase de maniobras y barcos de guerra estadounidenses están cercanos, como otras veces. Todo ello dentro del riesgo nuclear por la invasión a Ucrania y los despiadados ataques de Putin a ciudades, aldeas, hospitales, orfanatos. Resisten toda prueba la entereza, valor y heroico sacrificio de los ucranianos, pero salvar a su país se ve casi imposible. Algo parecido puede suceder en ese tradicional amigo de Guatemala.
Estados Unidos permitirá al final la anunciada acción de Xi Jinping, a quien teme y cuya actual fuerza se debe al error de hacer crecer a China socialista, al fabricar allí sus productos sin ver la relación entre política y economía, ni las horribles violaciones a los derechos humanos. Solitaria al haberla abandonado Europa Occidental, Sudamérica y México, Taiwán es una potencia. Con solo 23.5 millones de habitantes, tiene un PNB de 55 mil millones, un per cápita de 25 mil dólares, la economía 22 del planeta, el cuarto lugar en reservas internacionales, todo ello en un territorio equivalente a un tercio del guatemalteco.
La dictadura ya existe
Guatemala no es un país en camino a la dictadura. Ya llegó. Jose Rubén Zamora es el primer prisionero político, fácilmente deducible por la ilegalidad de su captura y los pretextos para atrasar el proceso judicial. La justificación de no haber relación con su actividad periodística, sino con la empresarial, constituye una amenaza velada para el sector privado del país. Faltan desterrar a aspirantes presidenciales con alguna posibilidad, cambiar la Constitución y borrar el veto a una indispensable reelección. Son hechos y posibilidades evidentes, así como elecciones con resultado distinto a la voluntad popular.
La primera línea de defensa ciudadana fue señalar las arbitrariedades. La segunda, explicarlas y exigir el estado de Derecho. La declaración de la ONU tuvo máxima importancia en esta tarea, y también las del Departamento de Estado en Washington, la Unión Europea y otras entidades, lo cual puso en el tapete la gravedad de este proceso antidemocrático en Guatemala, El Salvador y Nicaragua. Internamente, destacó la firme declaración de la Conferencia Episcopal y el silencio, hasta ahora, de las autoridades no católicas. La tercera es la acción directa ciudadana, muy pocas veces ocurrida.
En esas condiciones es imposible un juicio justo. La captura tuvo como precedente la devolución de 30 millones a quien al día siguiente hizo la denuncia. Por eso se justifica y debe ser apoyada, como yo lo hago, la exigencia de sacar de la cárcel al acusado. Todos tienen razones para exigirlo, a fin de cuidar sus legítimos intereses personales y los del país. La nueva tarea será explicar a los amigos esos recovecos y pretextos. Quienes se colocan en posiciones legalistas, aun sabiendo cuáles son los efectos, están en su derecho, así como quienes reproducen burlas y videos por motivos de fanatismo, engaño o convencimiento.