FUERA DE LA CAJA
Hábitos atómicos para hacer networking
Leí el libro Hábitos atómicos, de James Clear, y me pareció un libro excepcional para poder cambiar, mejorar e incrementar hábitos. El autor define hábito como: 1) Una rutina o práctica que se realiza de manera regular; 2) Una respuesta automática a una situación específica. Con el término atómico, se refiere a un cambio pequeño, una ganancia marginal.
' En el libro, James nos indica que cuesta mucho cambiar los hábitos y resulta frustrante.
Julio Lemus
En el libro, James nos indica que cuesta mucho cambiar los hábitos y resulta frustrante debido a que primero nos enfocamos en algo que no es lo que debemos cambiar y, segundo, tratamos de cambiar nuestros hábitos de forma equivocada.
El ser humano lucha con todo para evitar cambiar los hábitos, busca mantener un statu quo. A mi mente vienen algunos malos hábitos que tienen las personas al hacer networking: hablar demasiado de sí mismo, ser demasiado insistente, enfocarse en cómo otros pueden ayudarlo, no hablar con suficientes personas, no dar seguimiento, no tener objetivos claros, asistir a eventos y permanecer juntos todo el tiempo; pero, sobre todo, no tener el hábito de hacer networking. Para borrar estos y otros malos hábitos, hay que realizar un cambio de conducta. Para ello, haré referencia a las cuatro leyes de cambio de conducta: hacerlo obvio, hacerlo atractivo, hacerlo sencillo y hacerlo satisfactorio. 1) Hacerlo obvio: las señales más comunes son el tiempo y el lugar. La fórmula de la intención de implementación es “Yo haré [conducta] a [tiempo] en [lugar]”. Sus hábitos cambian dependiendo del lugar en el que se encuentre. Se pueden cambiar de manera más sencilla en un nuevo ambiente. Por lo tanto, si en el ambiente en el cual usted se desenvuelve no es el ideal para hacer networking, entonces busque uno nuevo. Si el tiempo que dedica para hacer networking es mínimo, comience a incluirlo en su agenda. Por ejemplo, una nueva conducta sería: “Haré networking todos los lunes en los eventos de la Cámara de Comercio”. 2) Hacerlo atractivo: dice el autor “Entre más atractiva sea una oportunidad, existen más probabilidades de que produzca la formación de nuevos hábitos”. Los hábitos son un circuito de retroalimentación conducido por la dopamina, cuando esta se incrementa, lo mismo ocurre con la motivación para actuar. Piense en todo lo que puede lograr con el networking, un nuevo trabajo, un nuevo socio, conocer a su futuro mentor, ayudar a un colega a ser exitoso, recaudar fondos para una institución y más. Son muchas cosas positivas las que pueden motivarnos, pero, también es importante rodearse de individuos que tengan los hábitos que usted quiere adquirir. Es muy probable que lo contagien del entusiasmo, la motivación y la práctica para lograrlo. En el caso del hábito de networking, participe en grupos de networking formales como BNI (Business Network International), donde encuentra muchos empresarios en la misma sintonía. 3) Hacerlo sencillo: la manera más efectiva de aprender es practicar, no planear. En lugar de tratar de diseñar un hábito perfecto desde el principio, haga algo sencillo, de manera consistente. En el caso de networking, si quiere iniciar este hábito, comience con un solo contacto. Haga su primera llamada y empiece a construir una relación. Cuando empiece un nuevo hábito, no debe tomarle más de dos minutos, luego hágalo de manera satisfactoria. El autor comenta: “El cerebro humano evolucionó para priorizar las recompensas inmediatas sobre las recompensas retardadas. Para lograr mantener un hábito, necesita sentirse exitoso de manera inmediata —aunque solo sea de manera modesta”. Aunque el networking toma tiempo porque consiste en construir relaciones, el hecho de que logró entablar una conversación con un extraño y sigue en contacto con él buscando como ayudarse mutuamente, puede ser una pequeña victoria que lo llene de satisfacción y lo motive a seguir adelante.