Las Relaciones Públicas forman parte de las funciones directivas, estrategia a través de la cual las empresas buscan acercarse y mantener a sus públicos de interés. Fomentando sentido de cercanía, simpatía y apoyo hacia la organización y sus marcas.

Los componentes que forman parte de la reputación organizacional y que causan un alto impacto sobre la misma se basan en la ética profesional, clima laboral, liderazgo, desempeño financiero, responsabilidad social y la calidad de sus productos y servicios. Adicionalmente, influye la calidad y presencia de la comunicación. La reputación corporativa es una ventaja competitiva, y el poder comunicar la buena reputación con que goza la organización a sus grupos de interés se traduce en lealtad de clientes, colaboradores y accionistas.

Cuando se presenta una situación de crisis, se requiere de soluciones y respuestas inmediatas, por lo que la reputación corporativa se pone a prueba. Los mensajes deben ser precisos, oportunos y objetivos, además de transmitir seguridad y demostrar solidaridad. Para proteger la reputación de la empresa, se recomienda estar preparado con anterioridad, a través del desarrollo del manual de manejo de situaciones de crisis y tener establecido un comité de crisis, que podrá dictar las acciones a seguir y poder así contrarrestar situaciones de desinformación, realizar una evaluación objetiva de los riesgos potenciales y monitorear la situación.

La credibilidad, la fiabilidad y la veracidad son atributos de valor que forman parte de la reputación corporativa; son la base de la estrategia de comunicación y la principal recomendación es mantener su visibilidad de manera continua en pro de la comunicación asertiva, que contribuirá en función de la construcción y mantenimiento de la reputación positiva de la organización.

Las Relaciones Públicas son una función directiva, de carácter continuo que debe ser organizado y planificado, y por medio de la cual las empresas buscan conquistar y mantener la comprensión, simpatía y apoyo de sus grupos de interés, y bajo la continua evaluación de la opinión pública. El que una organización goce de buena reputación e imagen ante sus grupos de interés, le apoyará en la generación de distintos beneficios, como negociaciones favorables, contratos con patrocinadores, incremento en ventas, número de seguidores y comentarios positivos en redes sociales e incluso referencias positivas hacia sus productos y la empresa.

Hoy en día, las Relaciones Públicas están siendo asociadas con mayor frecuencia a mercadeo, ya que desde la lógica comercial se requiere el desarrollo de mayor cantidad de tácticas de comunicación y generar un acercamiento continuo hacia el consumidor, el cual debe contemplar además un enfoque positivo y propositivo. Adicionalmente, las Relaciones Públicas trabajan en conjunto con distintas disciplinas como la psicología y, la sociología.

Por medio de una gestión estratégica y del desarrollo de la Estrategia de Comunicación adecuada a la organización, es que las Relaciones Públicas permiten diferenciar a la empresa dentro de su categoría y posicionarla adecuadamente.

Los pilares fundamentales que deben ser considerados al desarrollar la Estrategia de Comunicación son: Identidad: Se refiere a la empresa, lo que la caracteriza y lo que la diferencia de las demás organizaciones dentro de su categoría. Cultura: Es la esencia de la organización, se relaciona con el proceder y modo de actuar de la empresa, tomando como base sus valores corporativos. Imagen: Es la representación de la empresa, basada en su proyección y genera altas expectativas. Reputación: Percepción del público sobre la organización, que está basada en la conducta y acciones de la misma.