IMAGEN ES PERCEPCIÓN
¿Invasión extraterrestre o cortina de humo?
El mundo se encuentra conmocionado ante el derribo de tres objetos voladores no identificados. Todo empezó el 4 de febrero, cuando se encendieron las alarmas al detectar en el espacio aéreo estadounidense un enorme globo sobre el estado de Montana, donde se encuentra la Base de la Fuerza Aérea Malmstrom (llamada también “del juicio final”), una de las tres grandes zonas militares para misiles nucleares aislados.
' Como lo hizo el primer ministro canadiense, el Congreso está exigiendo que Joe Biden ofrezca una explicación razonable sobre los derribos.
Brenda Sanchinelli
China reconoció que este globo le pertenecía, pero, aun así y por ser una amenaza latente, un avión de combate derribó el artefacto. Lo que ha contribuido a agriar las relaciones entre China y Estados Unidos en los últimos días. Por su parte, el gigante asiático, tratando de justificarse, respondió que ellos también han hallado globos estadounidenses en su espacio aéreo. Y han reportado también haber visualizado a un objeto misterioso cerca de una ciudad portuaria, que dijeron procederían a derribar también.
Luego, el 10 de febrero, fue detectado un objeto volador no identificado en Alaska, con forma cilíndrica y color metálico, que derribó un avión F-22 por orden directa del presidente Joe Biden. Se ha confirmado que 35 aviones de combate participaron en la misión de intercepción y neutralización del objeto.
Sin embargo, quiero destacar una serie de acontecimientos que ocurrieron en esa operación: algunos aviones experimentaron fallas, ciertos pilotos reportaron sentirse confundidos, pues el objeto hacía movimientos autónomos, versión que descartaría la posibilidad de que sea un globo. No observaron ningún tipo identificable de sistema de propulsión, por lo que era inexplicable cómo podía mantenerse en el aire a una altitud de 40 mil pies.
Apenas 24 horas más tarde (11 de febrero), otro objeto de similares características sería detectado en espacio aéreo canadiense, específicamente en el área de Yucón. Este fue derribado por orden del primer ministro, Justin Trudeau. Después, el domingo 12 de febrero, se detectó otro objeto en forma octagonal sobre el río Hurón, en la frontera entre EE. UU. y Canadá, que fue derribado también.
En los tres casos, los objetos no han sido recuperados, no se han presentado imágenes o videos, y hasta el momento no hay evidencias para determinar de qué se trata en realidad. Parece difícil que se haya derribado a tres objetos espías, durante tres días consecutivos, y no se exhiba ninguna prueba de ellos.
Ante la actitud del gobierno de EE. UU., que al inicio dijo no descartar ninguna posibilidad y luego dijo que los tres objetos eran globos, crece la especulación. Con pocas y difusas explicaciones al respecto, lo más irrisorio es que estas “operaciones para derribar simples globos” se calcula que costaron alrededor de US$2.5 millones.
Sin duda, estos objetos han causado alerta mundial, desatando cientos de teorías de conspiración, ya que con las redes sociales es muy fácil generar todo tipo de especulaciones que causan fascinación en las masas. Se ha hablado desde que podría ser el inicio del proyecto Blue Biam (del cual hablaré pronto en esta columna), una operación alienígena de falsa bandera, hasta que se está armando un plan para justificar una guerra entre las dos grandes potencias atómicas de EE. UU. y China. Esperemos a ver cómo se siguen moviendo las piezas de este ajedrez en los próximos días. Lo que sí puedo afirmar, sin temor a equivocarme, es que seres no humanos han interactuado con el hombre desde el inicio de la humanidad. Unos los llaman extraterrestres, otros dioses y algunos, ángeles caídos. Debemos estar muy alerta y que esta cortina de humo no nos envuelva.