Termómetro Fiscal
La FEL como GPS fiscal
Con la factura electrónica, la SAT controla las operaciones de los contribuyentes.
Por las implicaciones de la factura electrónica (FEL), los contribuyentes deben ser sumamente cuidadosos y cumplir con sus obligaciones tributarias, porque con la figura de tal documento no solo se debe ver el árbol, sino el bosque que representa, y también comprender que la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) utiliza dicha herramienta para controlar de manera directa y paso a paso la actuación de los tributarios, obviamente con el propósito de verificar que estén reportando todas sus operaciones afectas a los distintos impuestos.
Con la FEL, no solamente se debe ver el árbol, sino el bosque que representa.
En el mundo contemporáneo, la transformación digital ha redefinido de manera significativa la manera como las administraciones tributarias manejan la información, y en Guatemala no es la excepción. En nuestra opinión, la innovación, que ha resultado ser un elemento clave en el control fiscal, destaca la factura electrónica. Es un error pensar que es un simple reemplazo del papel. No es así, porque dicho documento se ha convertido en un verdadero GPS fiscal, guiando y proporcionando a la SAT numerosa información con la cual puede determinar ventas omitidas, inventario de mercancías, compras no reportadas, ventas realizadas sin contar con existencia del bien objeto de transferencia, anulaciones masivas, operaciones entre empresas relacionadas, identificación de los proveedores más importantes, así como los clientes; ello para mencionar algunos de los casos.
Es necesario comprender que más allá de su función básica como comprobante de una transacción comercial, la factura electrónica se ha transformado en una herramienta estratégica, tanto para las empresas, pero mucho más para la Administración Tributaria. Desde la perspectiva fiscal, la FEL no solo ha ayudado al incremento de la recaudación, sino que también está reduciendo la evasión tributaria y de alguna manera fomenta la formalización de la economía. Entre sus beneficios se pueden destacar que ejerce un mayor control tributario, porque permite la trazabilidad de cada transacción disminuyendo así la posibilidad de fraude y evasión. Posibilita practicar con facilidad las auditorías fiscales, ya que los registros electrónicos facilitan realizar revisiones más rápidas y precisas. El número de identificación tributaria (NIT) o bien el código único de identificación (CUI), le permite al ente fiscalizador efectuar en forma inmediata los cruces de las operaciones de los contribuyentes, para compararlas con las declaraciones impositivas.
Al analizar, uno de los papeles que juega la factura electrónica en la gestión tributaria, por ejemplo, los cruces de información entre contribuyentes, particularmente en la detección de compras no declaradas, su efectividad se ha visto, ya que se han identificado omisiones. En una empresa comercial puede suceder que se adquieran compras de bienes para la venta que no se reportan ni en la contabilidad ni en el libro de compras del impuesto al valor agregado (IVA). Tal práctica es errónea y ahora, con la FEL, la SAT los está detectando con precisión, dado que obtiene datos de la acumulación de operaciones en el NIT del contribuyente de las compras por proveedor e identificación de cada bien, que, al no declararse en el régimen del IVA, es insumo para el ente fiscalizador, para iniciar los procesos de auditoría y que puede culminar en ajustes fiscales que se traducen en el pago de impuestos, más intereses y sanciones.
Es necesario que comprendan que la FEL es el GPS fiscal que ha marcado un antes y un después en la fiscalización en Guatemala, y por ello se deben fortalecer los controles, vigilar el uso adecuado del NIT y reportar todas las operaciones, para evitar contingencias fiscales.