Después de dos años de pandemia mundial, despertamos abruptamente con una palabra que nunca hubiéramos querido volver a escuchar: “guerra”. A esta palabra aterradora y sin sentido el pueblo ucraniano le ha dado otra connotación: esperanza y coraje para luchar por la libertad.

Ante tanto dolor y sufrimiento, los testimonios de la gente que ha perdido todo en un minuto inundan las redes sociales, en una guerra donde nunca existirán ganadores. Hasta hoy, más de tres millones de personas han tenido que abandonar Ucrania, cientos de miles de familias se han visto obligadas a separarse por un conflicto que no era suyo. Este éxodo es el flujo de personas más rápido en el continente europeo desde la Segunda Guerra Mundial, en su mayoría de mujeres y niños. Los padres de familia lo dejaron todo, incluso a sus seres queridos para defender a su patria, sus derechos de existir como nación y como ciudadanos ucranianos.

Había algo con lo que Vladímir Putin no contaba, una invasión que tenía planeada terminar en 72 horas, se ha prolongado hasta hoy a 22 días. Los ocupantes rusos se han encontrado con un pueblo fiero, que se ha resistido a la invasión y que han demostrado no estar dispuestos a renunciar a su patria. Y por su lado, Volodímir Zelensky, el inesperado líder ucraniano que, mirando directamente a la cámara inyecta ánimo, valentía y entusiasmo a su pueblo. Vestido con una camiseta militar verde, decidió permanecer en su tierra para luchar al lado de su gente, convirtiéndose en una inspiración y ejemplo para todos los mandatarios del mundo.

La indignación de un pueblo valiente, ante una invasión inaceptable, es una violación muy grave de la soberanía de un Estado libre y democrático. Las fotos y videos que vienen de Ucrania, nos transportan a momentos dramáticos de la historia, donde los más débiles, mujeres, ancianos y niños, tratan de salvar su vida, bajo los bombardeos. Es sorprendente el nivel de unidad que han demostrado.

La fuerza y el coraje de los ucranianos, encabezan los sitios web. Las imágenes son impresionantes, porque la resistencia está formada por núcleos de gente común. Hombres que sostienen torpemente un rifle porque no son militares, ancianas y mujeres paradas desafiando a los soldados rusos con valentía, niños recogiendo botellas para hacer cócteles Molotov contra tanques rusos. Comunidades que cantan el himno nacional ucraniano frente a los tanques. La lección que viene de Ucrania es el ingenio de aquellos que nunca han tomado un rifle y han corrido a hacerlo, arriesgando sus vidas por amor a su patria. Estampas que han dado la vuelta al mundo y han sacado las lágrimas aun de los más duros.

Los ucranianos son amantes de la libertad, han sido famosos por ser verdaderamente valientes desde la época de los cosacos. Estos guerreros siempre estaban dispuestos a defender la libertad de su patria hasta la muerte. En este conflicto, es fácil notar que la sangre de esos osados guerreros aun corre por las venas de los ucranianos. Hoy que están en peligro sus derechos y libertades, los ucranianos han unido sus fuerzas de inmediato para responder a la amenaza rusa.

No es necesario evocar a David y Goliat para darse cuenta que, más allá de motivaciones espurias por parte del invasor, esta es una lucha desigual. Por un lado, tenemos la nación más grande del mundo (en territorio) y segunda potencia militar. Y luego Ucrania, un país destruido, con algunas ciudades ya arrasadas. Destinado a no formar parte de la OTAN ni de la EU, al menos por ahora. Pero recordemos que el vencedor de esa antigua historia bíblica fue David —aparentemente el más débil—. Así que, podría haber una sorpresa, y en esta guerra cualquier cosa podría ocurrir.