SI ME PERMITE

La sana economía inicia cuidando lo que tiene

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“No hagas ningún gasto como no sea para hacer bien a los demás o a ti mismo; es decir, no desperdicies nada”. Benjamín Franklin

Cuando queremos hablar de economía podemos fácilmente empezar por lo que significa etimológicamente en su origen, el cual se traduciría: “las leyes de casa”. Cuando entendemos esto nos lleva a la base y la formación inicial de cada individuo, y este, una vez formado, lo habrá de usar y aplicar el resto de su vida. Por lo mismo, no es simplemente hacer ajustes y acomodamientos, sino una conducta normada en cada uno de los detalles donde se aplica la economía.

' El manejo de la economía y su importancia debería ser parte formativa de todas las personas.

Samuel Berberián

Entendiendo que la economía responde a reglas y normas ya preestablecidas de hace tiempo, cuando más claras son estas reglas, es mucho más evidente que se está teniendo una economía sana y provechosa. Por ello, si lo que tengo no lo sé administrar o cuidar, difícilmente podré progresar cuando de algún modo se me favorezca facilitándome más recursos.

Esto nos lleva a entender y asimilar el principio de que lo que se hace a largo plazo habrá de ser favorable en materia de economía. Si la falta de madurez me hace centrarme en lo de ahora y lo inmediato, nunca llegaré a administrar productivamente lo que tengo, pero el tener muy presente el mañana y lo que pueda este traer, sea en lo que estoy planificando o bien todo lo imprevisto que puede surgir, me hace ser un administrador a largo plazo y esto, al ser de alguna manera productivo, no lo será por una casualidad, sino por una administración que tiene un perfil de cuidado.

El simple hecho de que en la bolsa tenga dinero no implica que está disponible para lo primero que pareciera ser necesario, sino más bien, antes de pensar si se puede gastar, debo tener muy presentes mis responsabilidades financieras y las necesidades que debo atender en los próximos días, y entonces, si todavía tengo alguna disponibilidad, será bien evaluada si es algo es necesario y si ayuda a mejorar el estado en el cual me encuentro. Por ello hay que saber hacer la clara distinción entre una necesidad y un gusto, o bien una buena inversión o simplemente un momento de placer.

Un buen administrador no se manifiesta en la abundancia de sus bienes, sino por el contrario, lo habrá de mostrar en lo poco que tiene y cómo lo maneja, porque, sin lugar a duda, cuando tenga más usará las mismas reglas y como resultado tendrá cada vez más para alcanzar las metas que se ha trazado.

Muchas veces se piensa que quien es cuidadoso en sus recursos nunca puede disfrutar de sus gustos, pero eso no es cierto. La verdad es que tiene el dominio propio para poder saber cómo planificar para que en el momento correcto pueda disfrutar de sus gustos sin tener que perjudicar su estado financiero.

Entendemos que las inversiones que hicimos nunca se consideraron como un gasto en el momento, sino que con mucho sacrificio se pusieron a un lado, sabiendo entender que todo tiene su tiempo y se debe saber esperar para no perjudicar lo que en el presente se tiene. La mayor pobreza es simplemente darse los gustos cuando estos surgen, pero sin duda uno es rico cuando sabe priorizar sus gastos y controlar sus gustos porque el tener un plan es señal de madurez en el manejo de los recursos financieros que hoy tenemos y habrán de probar hasta dónde nos pueden llevar.

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