La seguridad alimentaria que también se puede usar el termino de salud alimentaria, es un tema internacional que genera intensos debates políticos y académicos, sobre el acceso y la disponibilidad de los alimentos. Es un imperativo político, pero también moral, que garantice el acceso a alimentos inocuos y nutritivos al cual se debe aplicar una variedad de políticas diferentes.

Una de ellas es el comercio, en donde el comercio internacional es una herramienta clave. Pero se requiere de un paquete integral de políticas gubernamentales para lograr el objetivo de contribuir a la seguridad alimentaria.

La salud alimentaria es una disciplina científica que describe el manejo, la preparación y el almacenamiento de alimentos para prevenir las enfermedades transmitidas por alimentos. La preocupación es la amenaza de inseguridad alimentaria debido a una mayor interrupción de las cadenas de suministro agrícola. En particular, por el conflicto entre Rusia y Ucrania, además del impacto que se suma a la grave situación provocada por el covid-19, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.

Los precios mundiales de los alimentos en 2021 aumentaron 28 por ciento, según Naciones Unidas. Relacionado con esto, el Programa Mundial de Alimentos afirmó a principios de este año que la cantidad de personas que enfrentan inseguridad alimentaria se ha duplicado. La importancia comercial del sector es aún mayor, si se considera que un tercio de las exportaciones agroalimentarias se comercializan a través de cadenas globales de valor.

Con el Acuerdo sobre Agricultura de la OMC se inició un proceso de reforma más equitativo y eficiente. La seguridad alimentaria se estancó en las negociaciones de la Ronda Doha, y la preocupación se intensificó después de la crisis alimentaria mundial de 2008. En las últimas conferencias ministeriales de la OMC de Bali, Nairobi y Buenos Aires, un miembro desafió a otros sobre el incremento del límite de las reservas y sus compras públicas de alimentos. No obstante, después de más de 20 años de intensas negociaciones, las conferencias ministeriales, y miles de páginas de textos de negociación que han circulado y que aún continúan las negociaciones.

Desde entonces, estas discusiones de uno de los programas que se usa para la seguridad alimentaria han atraído la atención de gobiernos, de los medios internacionales, la sociedad civil y los académicos. El desacuerdo sobre este programa no es nuevo en el ámbito multilateral, sino que ha sido un fenómeno recurrente en este foro últimamente, por el impacto negativo que puede generar en los precios, en el comercio y la seguridad alimentaria de otros países.

Los productos cruzan fronteras y las materias primas se transportan para agregar valor en los mercados externos y vuelven a reingresar a su origen como producto final e insumos de producción. Pero la innovación y el conocimiento deben brindar oportunidad para agregar valor.

La seguridad alimentaria ha sido repetidamente un elemento de negociación en sucesivas rondas de negociación desde tiempos del GATT y ha sido debatida en el derecho comercial internacional a lo largo del tiempo. Hay que fortalecer los procesos regionales, pero también debemos seguir trabajando en los procesos bilaterales, plurilaterales y multilaterales.

En pocas palabras, hay que asegurar que todos los hogares tengan acceso a la cantidad, calidad y variedad de alimentos nutritivos que son necesarios para una vida saludable y satisfactoria. Se requiere un comercio abierto, predecible, no discriminatorio y justo, y eso, a su vez, se pueda garantizar mediante las normas globales acordadas en la OMC.