REGISTRO AKÁSICO
Lanzada a los leones
En el extinto hotel Princess, en la zona 9, en el año 2004, se escuchó la súplica de intervención de países extranjeros en los asuntos judiciales, expresada por una candidata a la Dirección de la Defensa Pública Penal. El evento había sido convocado por parte de programas financieros de gobiernos extranjeros para cabildear a favor de la Comisión para el seguimiento y apoyo al fortalecimiento de la justicia. Se trataba de influir en la marcha del organismo judicial para elevar su nivel técnico, pero también conseguir colocar jueces sensibles a los intereses de esos gobiernos. Nada ilegal, sino un juego permisible de disuasión en todo régimen democrático, sujeto a pesos y contrapesos, pero también a empujones y cortejo.
El trasfondo de esas campañas políticas está dado por lo establecido. 1. importa tener una posición social alta. Personas con recursos debidos a negocios agrícolas consiguen ventajas en el arranque de esos procesos. Su holgura económica les facilita fortalecer amistades para influenciar a decisores. 2. un buen apoyo son los lazos familiares con miembros de la milicia. Los oficiales del ejército de cierto nivel tienen teléfono abierto para recomendaciones. Finalmente, 3. la carrera burocrática es importante, ya que después de cada elección, aunque varíe el partido, los mismos siguen a cargo en puestos importantes.
Lo de esa comisión es un asunto colateral a esta reflexión. Interesa destacar la existencia de política en el organismo judicial, donde las facciones se forman en programas para la transformación de su función, con incidencia en los puestos y carreras burocráticas. Existen y han pasado instancias para la modernización, Promotor de la Acción Disciplinaria, Carrera Judicial, de Política de Género, etc.
' En la función pública el disimulo sirve para ocultar la asechanza para causar daños al adversario.
Antonio Mosquera Aguilar
En consecuencia, surgen roces y desavenencias muchas veces con resultados insidiosos. Para hablar de Blanca Stalling conviene tener presentes estos asuntos. En efecto, la persona citada al inicio era ella, en ese tiempo gozaba del apoyo extranjero para fortalecer su postulación al cargo.
Las facciones se la tienen jurada. Un error de criterio o una actuación ambivalente desata la perfidia. Surgen situaciones escandalosas como en el caso de una llamada para hacer una recomendación a un juez subalterno. Solo los abogados designados para la defensa o acusación pueden acudir ante el juzgador. Otra intervención no puede tener lugar. Cuando abogó por su hijo encausado, el enojo del juez fue patente. Una irritación intachable, donde está en juego la dignidad judicial. Pudo haber pasado como abuso menor, pero había entrado en juego otro factor: la Cicig.
Stalling había perdido el favor extranjero porque en la defensa pública y algunos abogados de su facción habían defendido a sindicados de narcotráfico. Las quejas norteamericanas fueron estentóreas. No les pareció mejor a sus enemigos burocráticos, ante el desliz de la magistrada, impulsar una persecución penal fulminante. Ella no colaboró, pues intentó la fuga. Y de allí su justificada detención. Al final se advirtió que era un asunto de poca monta y, para descrédito del organismo judicial, se le reintegró. Hoy ha sido lanzada a los leones para elevar campañas anticorrupción y distraer a la opinión pública. El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claro oscuro surgen los monstruos. Decía el comunista Gramsci *1891 +1937.
No es una alusión solo a la magistrada, sino también a los asilados en EUA, a los funcionarios internacionales ante sus aliados y después adversarios, e incluso algún embajador. Por decoro debería renunciar.