La Buena Noticia nos llega hoy por medio del pensamiento hecho poesía, que nace del corazón de un niño quien, al ser estimulado por sus maestros, nos regala su visión de la crisis que hoy vive el mundo, golpeando a todos inmisericordemente en la salud física y emocional, en lo espiritual y pastoral, en lo social, político y económico.

En nuestro mundo “parece que todo se ha oscurecido”, dijo el papa Francisco en aquella impresionante oración desde la Plaza de San Pedro, vacía y bajo la lluvia, el 27 de marzo. “Densas tinieblas han cubierto nuestras plazas, calles y ciudades; se fueron adueñando de nuestras vidas llenando todo de un silencio que ensordece y un vacío desolador que paraliza todo a su paso: se palpa en el aire, se siente en los gestos, lo dicen las miradas”.

No escondemos nuestro miedo y la incertidumbre ante el futuro. “Nos encontramos asustados y perdidos… nos sorprendió una tormenta inesperada y furiosa. Nos dimos cuenta de que estábamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados; pero, al mismo tiempo, importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos, todos necesitados de confortarnos mutuamente. En esta barca estamos todos… descubrimos que no podemos seguir cada uno por nuestra cuenta, sino solo juntos”.

Ante ese panorama sombrío van surgiendo pequeños signos de esperanza. Hace pocos días recibí la letra de una canción escrita por un niño de segundo año de primaria de Jutiapa. La canción se titula Guatemala resistirá, su autor es Pablo Andrés Godoy Corado, estudiante del Instituto Tecnológico Bilingüe.

El maestro de música pidió a sus alumnos que elaboraran una canción con música y letra de propia inspiración, en la que expresaran sus sentimientos y sus ideas ante la situación que vivimos por el covid-19. Otros lo hacen por medio del dibujo, la pintura y actividades lúdicas. Es saludable e ilustrativo que los niños no vivan al margen de esta realidad, sino la conviertan en fuente de aprendizaje integral. No edulcorar esta tragedia que golpea la salud de la población, su actividad productiva y la sociedad entera y enseñarles a leer e interpretar la realidad social del país.

La letra nos ofrece desde el inicio la tristeza que siente su autor, extraña su colegio, sus compañeros y sus maestros. No esconde la causa que origina esta situación, pero mantiene la esperanza en que Guatemala resistirá y el mundo ganará esta batalla. Expresa su fe en Dios como alguien que nos sostiene con sus manos y guía en esta pesadilla que vivimos. No se deja robar la esperanza al expresar la confianza en que un nuevo día llegará, lo imagina lleno de abrazos y cantos, de alegría y de vida que florecerá por todas partes, como expresión de un mundo nuevo en el que ellos serán los protagonistas ya desde ahora.

Soy un niño que triste está/ a mi colegio ya no puedo ir/ extraño con mis compañeros compartir/ y de mis maestros aprender.

El coronavirus impidiendo está/ que mi familia yo pueda ver/ Guatemala y su gente resurgirá/ con otros países la batalla ganará.

Guatemala resistirá/ esta pandemia no le ganará/ Dios en sus manos nos sostendrá/ esta pesadilla pasará.

Un nuevo día está por llegar/ de abrazos y cantos rebozará tu corazón/ pues la alegría de la vida florecerá/ y Guatemala triunfante estará.

Que los sentimientos y el mensaje de este niño nos inspiren para seguir adelante en esta larga noche que vive la humanidad, pues, cuando más oscuro está es cuando más brillan las estrellas. Dejémonos interpelar por el Señor, que “nos invita a despertar y a activar esa solidaridad y esperanza capaz de dar solidez, contención y sentido a estas horas donde todo parece naufragar”.