CATALEJO
Lucha electoral incluye la confrontación directa
Dentro de 51 días se llevará a cabo la batalla decisiva de la lucha política de estas elecciones, las más cuestionadas de toda la historia. Debe ser dura, directa, con respuestas claras a los cuestionamientos entre candidatos. La novedad es el choque entre dos formas de izquierda, una dentro de la social democracia, representada por Bernardo Arévalo, según la cual la transformación social no necesita revolución y puede hacerse dentro de la democracia y la economía capitalista, como ha ocurrido en Europa, y la izquierda populista practicada en Guatemala por Sandra Torres. Las redes sociales serán utilizadas por las fuerzas político-económicas tradicionales y por quienes quieren cambios aún no especificados, lo cual marcará la velocidad de los enfrentamientos.
' Los fanáticos o malintencionados afectarán a quienes defiendan y los aspirantes deben comprobar sus merecimientos.
Mario Antonio Sandoval
Los participantes fracasarán si no toman en cuenta la verdadera importancia de la tecnología de la comunicación, instantánea y a disposición de todos, pero también si no se dan cuenta de los devastadores efectos contraproducentes si se utilizan con mala fe, porque un alto porcentaje de la población ya despertó. El número de celulares supera al de votantes, quienes en buena parte no quieren cancioncitas ni mensajes vacíos de contenido, sino claridad, cuestionamientos severos y respuestas claras. Los aspirantes, eso sí, están obligados a actuar con seriedad ante los cambios exigidos por esa minoría participante en las elecciones. La confrontación no tiene alternativa: sólo responder a por qué un ciudadano obtiene beneficios al votar por cualquiera de ellos.
Los contendientes deben realizar un rápido pero profundo y serio análisis de su situación, fortalezas, debilidades y oportunidades. No meter la pata, pues. Circuló un video anónimo con una carta enviada por el presidente Juan José Arévalo a un embajador de la URSS, para comprobar su comunismo, pero la fecha es de 1945, cuando ese país era aliado de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, y en todo caso, el candidato Arévalo nació 13 años después. El partido Semilla en una aclaración de no ser comunista, mencionó siete veces ese término y ello afianzó el motivo del ataque. Inmadurez e inexperiencia del grupo político sorprendido por el resultado inesperado de esa primera vuelta de las elecciones más cuestionadas del período iniciado en 1984.
Cabe la dureza en la confrontación, pero la referencia debe ser a hechos, no a creencias de futuras acciones. No hay lugar para insultos, vulgaridades y gritos, pues demuestran debilidad, no fuerza. Las críticas basadas en hechos del pasado tienen plena cabida, así como los debates presentados con seriedad y expresados sin perder los estribos. Las promesas imposibles de cumplir descalabrarán las posiciones al ser vistas como deseo de engaño entre mayor cantidad de personas, sin importar nivel educativo, residencia, etnia. Quien se enoja, pierde. Y quien calla, otorga. Todo ello requiere, por la importancia de la confrontación, un pacto de reglas claras, conocidas públicamente para evitar así convertir esta histórica contienda en un circo de lo grotesco.
Esto debe incluir: respetar los muertos, aceptar la existencia de los vergonzosos clanes familiares políticos, responsabilizarse del actuar de grupos cercanos y tomar medidas internas disciplinarias, informar del pasado de sus diputados, respetar estrictamente las leyes electorales y el laicismo de personajes y mensajes. Respetar la tarea de la prensa y no reaccionar con violencia ante preguntas incómodas, mucho menos exigir la no inclusión de temas. La época del irrespeto a la capacidad intelectual del votante se detuvo el domingo pasado, al ser un cambio de época, no una época de cambio. Eso incluye la aceptación de ambos lados del espectro político y la desaparición de las posiciones simples de todo o nada, blanco o negro, cuando la realidad es de grises.