La semana pasada Fitch Ratings elevó la calificación del país y de cinco bancos de BB- a BB. Eso es reflejo de que el país va por el rumbo correcto. Pronto se conocerán las calificaciones de Moody´s, S&P Global y del FMI que seguramente serán noticias positivas. En Guatemala hay un manejo macroeconómico sano y positivo que es producto de tener una Junta Monetaria seria y profesional, un sector bancario de primer nivel y emprendedores y empresarios que se la juegan. Los datos del país de 2022 muestran que la pandemia fue bien administrada desde la política monetaria y la política fiscal. En los años 2020 y 2021 la tasa líder o tasa de política monetaria se manejó en 1.75% mientras que en la actualidad se encuentra en 4.5% producto de decisiones de la Junta Monetaria para contener la inflación que llegó a 9.69% a finales de 2022, donde alrededor del 70% se debió a inflación importada. Los incrementos de la tasa han sido graduales, lo cual es positivo, ya que por esas decisiones técnicas se ha logrado que la inflación empiece a bajar.

El crecimiento de la economía en 2021 de 8% y en 2022 de 4% refleja la dinámica de la inversión en el país. Las exportaciones pasaron de 11,100 millones de dólares en 2020 a 13,620 millones en 2021 y a 15,799 millones en 2022. Las remesas familiares que no son parte del Producto Interno Bruto pero que sí forman parte del consumo y de la inversión pasaron de 11,340 millones de dólares en 2020 a 15,296 millones en 2021 y a 18,040 millones en 2022. El déficit fiscal está abajo del porcentaje que sugiere el Fondo Monetario Internacional (2%), que fue 1.7% del PIB en 2022. La recaudación de la Superintendencia de Administración Tributaria, producto de la implementación de la factura en línea y de ampliar la base, pasó de 60,044 millones de quetzales en 2020 a 77,627 millones en 2021 y a 87,930 millones en 2022. La relación deuda sobre PIB es de 30.8%, que es el más bajo del continente. El crédito bancario al sector privado creció 15.8% en 2022, lo cual le da más dinamismo a la economía. Los créditos a pequeña y mediana empresa, más los créditos a microempresarios, crecieron en número de créditos y en volumen de dinero, lo cual abre oportunidades y ayuda a formalizar la economía.

A inicios del mes circuló en redes sociales y en WhatsApp una imagen con el mapa mundial titulada Dream Jobs around the World (Trabajos de ensueño en todo el mundo), que es un trabajo de investigación donde se refleja la profesión, oficio o trabajo que más se desea en cada país, de acuerdo con data encontrada en Google. En el continente americano los más deseados son: piloto (Canadá, Estados Unidos), youtuber (México, El Salvador, Perú, Bolivia, Chile, Uruguay), influencer (Honduras, Nicaragua, Costa Rica, República Dominicana, Colombia, Venezuela, Ecuador, Argentina, Paraguay), emprendedor (Guatemala, Panamá), escritor (Belice, Haití), abogado (Haití, Puerto Rico) y empresario (Brasil). Es muy importante que en Guatemala el emprendimiento sea la aspiración, deseo u objetivo de la mayoría, si queremos desarrollar el país.

Esos créditos a microempresarios y a las pequeñas y medianas empresas son la ruta del emprendimiento que el guatemalteco aspira. Son créditos a tasas accesibles y evitan la usura, que es un gran mal en el país. Son parte de la solución, porque atiende la actitud y la aspiración. La inmensa mayoría de guatemaltecos buscamos oportunidades, buscamos lo que suma y multiplique, y no lo que resta y divide. Las propuestas de candidatos de elección popular deben ser sobre la facilitación a la inversión privada, inversión en infraestructura vial, modificación al sistema de educación y salud pública, gestión transparente y responsable, y en lo social, planes viables, con sustento, no politiqueros, y que sí ayuden al más necesitado.