POR LA LIBERTAD

Más restricciones para ocultar un fracaso

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El gobierno de Guatemala ha emitido nuevas restricciones en la vida privada de los guatemaltecos con la justificación del incremento de casos por covid-19. Creo que, como lo hacen otros gobiernos del mundo entero, se han dejado llevar por el poder y no por la sensatez. Las restricciones son inútiles y solo causarán más desempleo, hambre y miseria en el país.

Es verdad que los contagios han aumentado, que la mortalidad se ha incrementado y que las camas en los hospitales están siendo utilizadas a tope. Con todo el dinero que se invirtió para ampliar la capacidad hospitalaria, apenas hay aproximadamente 471 camas en los hospitales públicos y especializados para tratar esta enfermedad en todo un país con casi 17 millones de habitantes. Con todos los préstamos aprobados el año pasado y el presupuesto enorme es lógico preguntarse: ¿por qué no hay más camas para covid-19? Por otro lado, la ineficiencia de nuestro gobierno en cuanto a la vacunación ha sido notoria. De acuerdo con una investigación periodística de El País, a Guatemala, en este momento, al ritmo actual de vacunación, le tomaría 15.6 años vacunar a toda la población. Es el tercer país peor evaluado en cuanto a vacunación en Latinoamérica. Esto es ridículo. Gracias a donaciones privadas es que el país ha logrado vacunar, al menos, a los de primera línea y han comenzado ya a vacunar a gente arriba de 70 años.

' Todas estas restricciones son una clara violación a los derechos y libertades individuales.

Ramón Parellada Cuadrado

Como vemos, la ineficiencia del gobierno es notoria. Encima de todo se impide que privadamente se puedan conseguir vacunas al igual que por un tiempo se impidió al sector privado hacer pruebas. Lo malo de todo esto es que el gobierno no hace ni deja hacer y decide castigar a los ciudadanos impidiéndoles trabajar como lo hace ahora con las restricciones impuestas a los restaurantes, mercados y el sector turismo en general, que ha sido el más golpeado en todo esto. Todas estas restricciones son una clara violación a los derechos y libertades individuales. Para variar…

Leí en Disidentia un artículo muy atinado titulado “Corriente abajo”, del profesor Luis Gómez, en relación con todo lo que ha pasado con los gobiernos desde que comenzó toda esta pandemia. Quiero compartirles un par de párrafos de este por considerar que los ha expresado magistralmente: “Y es así como todos, envueltos en nuestra propia cámara de eco, nos abandonamos a la disputa fácil mientras apenas nos damos cuenta de que nos están expropiando. Nos están expropiando el fruto de nuestro trabajo. Nos están expropiando las libertades que nos pertenecen. Nos están expropiando la fraternidad que nos caracterizaba. Nos están expropiando el futuro, el nuestro, el de nuestros hijos y el de nuestros nietos”.

Y este es el segundo con el que concuerdo totalmente: “Ninguno de nosotros pudo jamás sospechar que la respuesta estatal a una crisis sanitaria, en este caso una pandemia provocada por un virus, iba a consistir fundamentalmente en recluir a las personas sanas, impedirnos trabajar a todos, limitar nuestra libertad de movimiento, limitar nuestra libertad de reunión y mantener una política de información falaz y en algunos casos mentirosa. No puedo dejar este párrafo sin mencionar la alegría y el aplauso de tantos de nosotros ante semejantes recortes de la libertad en nombre de una supuesta mayor seguridad.

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