NOTA BENE

Más y mejores empleos

|

La Asociación para el Poder Local (Apolo) lanzó la campaña “Más y mejores teléfonos” cuando Guatel era el único oferente de telefonía y muchos carecían de una línea fija. Entre 1974 a 1997, Guatel instaló tan solo 240 mil teléfonos. Tal escasez impedía el crecimiento económico. Nos cuesta recordar aquella apabullante situación, pues la Ley General de Telecomunicaciones (1996) cambió dramáticamente las cosas, y hoy existen más de 22 millones de líneas de celulares en el país.

' 2.5 millones de empleos nuevos.

Carroll Ríos de Rodríguez

Me vino a la memoria aquella iniciativa porque escuché acerca de un ambicioso proyecto para generar 2.5 millones de empleos nuevos y de calidad antes del 2030. ¡Más y mejores empleos! Esta loable meta puede sacar inspiración de la reforma en el sector de las telecomunicaciones. Un ecosistema económico prospera cuando se enraíza en claros derechos de propiedad y contratos, un estado de Derecho y libertad.

Cuando hojeamos los anuncios de ofertas de trabajo, ya sea para ser ejecutivo de ventas o montacargas, casi nunca pensamos en todo el ahorro, riesgo e inversión que hizo posible el anuncio. Si montar un café en Estados Unidos cuesta US$80,000.00, y el negocio ya montado emplea a tres dependientes, cada puesto de trabajo creado cuesta alrededor de US$26,000.00. Una vez opera el negocio, los dueños deben afrontar el costo anual de mantener sus contrataciones: al salario se suman pagos de alquiler, luz, agua, seguros, impuestos y más. La inversión inicial para arrancar una fábrica o un negocio agrario es mayor que para abrir un café.

Un argumento esgrimido cuando se aprobó la Ley de Fomento a la Inversión de Capital Extranjero (decreto 46-2022) fue que las inversiones millonarias hechas en el país entre 2019 y 2021 habían generado 2,775 empleos directos. Hace días, la corporación japonesa Yazaki anunció la apertura de una planta en Ayutla, San Marcos, que pasará de contratar mil empleados este año a 10 mil empleados al cabo de cinco años. Ambas son buenas noticias, pero es preciso acelerar el ritmo de la inversión nacional y extranjera para crear casi 360 mil empleos al año por siete años.

¿Cómo podemos convertir a Guatemala en un imán de inversiones? La ubicación geográfica y las cualidades naturales del país son condiciones dadas. Se puede abaratar el costo de invertir aquí con garantías de seguridad y una red eficiente de infraestructura, transporte y comunicaciones. Al gobierno compete cobrar impuestos bajos, brindar estabilidad macroeconómica y política, y asegurar un marco regulatorio simple, ágil, confiable y estable. Culturalmente, se debe erradicar la hostilidad hacia el capital extranjero; es tiempo de enterrar las erradas teorías de la dependencia que retrataban al inversionista foráneo como un diablo que se llevaría hasta la sangre de nuestras venas.

Cabe preguntar: ¿existen tantos guatemaltecos desempleados y calificados como para nutrir estas futuras plazas? En Guatemala no hay tanta gente desempleada (3.5%) como en Brasil (14.4%) o Argentina (10.9%), según el Banco Mundial (2021). Las mejoras señaladas arriba impactarían en la economía formal y la informal, la cual, sabemos, provee el sustento a numerosas familias guatemaltecas. Más y mejores empleos implica reducir los costos de la formalidad para que más trabajadores puedan cruzar el puente hacia trabajos formales con prestaciones y condiciones laborales superiores. Y, ojalá, así menos compatriotas arriesguen sus vidas en busca del sueño americano y encuentren aquí, en su país, la oportunidad para construir un futuro próspero. Quizás incluso signifique el retorno de una parte de los casi dos millones de migrantes que viven fuera.

ESCRITO POR:

Carroll Ríos de Rodríguez

Miembro del Consejo Directivo del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES). Presidente del Instituto Fe y Libertad (IFYL). Catedrática de la Universidad Francisco Marroquín (UFM).