PLUMA INVITADA

Navidad 2022

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Todos los actores de la vida pública de Guatemala prefieren una cena privada en lugar de asistir a un banquete oficial. Quizá en una cena de Estado habría más ánimo de escuchar propuestas que tengan que ver con la integración de la familia guatemalteca. Más aún en el ocaso de la pandemia de lo que va del siglo.

' En Navidad, olvidemos nuestro interés en los problemas del mundo y en nuestra irracional prepotencia de querer solucionarlo.

José Miguel Argueta

La razón es muy simple: es en la familia, ese núcleo íntimo, donde sobrevive la democracia directa libre de los catastróficos desastres de las políticas públicas o el despilfarro en proyectos que olvidan la responsabilidad individual de cada quién en la acción hacia sus semejantes.

Mis palabras son de gratitud y no de crítica para aquellos guatemaltecos de cualquier cuna o estrato social que incrédulos a las pretensiones de los más jactanciosos encuentran el medio para propiciar paz a los demás.

Todos aquellos grandes proyectos que comprometerán apasionadamente el 2023 deben encontrar primero la serenidad en esa democracia directa: la familia de cada quien, que de una u otra forma será afectada por lo que hagamos o dejemos de hacer.

Igual que la Navidad comenzó en un mesón hasta convertirse en una reunión universal de esperanza irreductiblemente cimentada en la familia. Es ahí delante de los que amamos, de nuestra familia, que debemos comprometernos con las acciones que tomemos con una visión de futuro y de puesta en práctica.

La base de la vida en familia, al compartir la Navidad está en consonancia de lo que debemos reflexionar antes de embarcarnos en proyectos gigantescos basados en poder, vanidad, soberbia o jactancia de lo que somos ante los demás.

Cada uno este día de Navidad debe sensibilizar el alma y dar prioridad a la familia frente a todas las cosas. Esto abrirá posibilidades de no ver eufemismos como enemigo, contrincante, sino nuestra propia fragilidad humana reflejada en el otro.

Cada ser humano, especialmente en nuestra Guatemala. tiene competencias éticas, interculturales, que nos acercan a desarrollar un futuro próspero. El compromiso individual es con la familia. Sobre ella descansa nuestra acción, nuestro compromiso, nuestra lealtad.

En Navidad, olvidemos nuestro interés en los problemas del mundo y en nuestra irracional prepotencia de querer solucionarlo. Los problemas del mundo son mucho más opresivos y desgastan nuestra vida que la comunión en paz con la familia en Navidad.

Cuando las tensiones y las divisiones comienzan en la familia, se traduce a los pueblos, a las naciones y al mundo entero. La coherencia de nuestra vida con nosotros mismos propiciará mantener la esperanza en Guatemala en el 2023.

Muy feliz Navidad para todos.

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