POR LA LIBERTAD

Nicaragua: Liberen a los presos políticos

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El régimen dictatorial e ilegítimo de Daniel Ortega y su esposa están acosando, reprimiendo y arrestando a sus opositores políticos. Como ya es normal en su forma de actuar, el dictador ordena la captura de sus opositores, acusándolos falsamente con una gran cantidad de delitos inventados en los que supuestamente los detenidos violan y atentan contra la soberanía del país. Ortega también tiene bajo su control todas las instituciones de seguridad y justicia, por lo que poco o nada se puede hacer. Solo queda elevar la voz a nivel internacional para salvar la integridad de los capturados.

' Nicaragua debe liberar ya a los presos políticos y los gobiernos de Centroamérica no deben convertirse en cómplices con su silencio”.

Ramón Parellada Cuadrado

Esta vez le llegó el turno a Félix Maradiaga, un activista de derechos humanos y precandidato opositor por la Unidad Nacional Azul y Blanco. Pero no solo a él, sino además han capturado a Juan Sebastián Chamorro, precandidato opositor por Alianza Ciudadanos por la Libertad, y su esposa, Victoria Cárdenas, está desaparecida. También arrestaron ayer al expresidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) José Adán Aguerri, y al expresidente de Amcham Nicaragua y miembro de la Alianza Cívica de Nicaragua Mario Arana. Ya habían arrestado antes a Cristiana Chamorro, también precandidata opositora y prima de Juan Sebastián.

A Félix Maradiaga, igual que a los demás opositores, lo acusaron en base a un arbitrario artículo, el número 1 de la recién aprobada (diciembre 2020) Ley No. 1055, “Ley de defensa de los derechos del pueblo a la independencia, la soberanía y autodeterminación para la paz”. Entre las acusaciones para aplicar dicha ley están la de “realizar actos que menoscaban la independencia, la soberanía y la autodeterminación, así como de incitar a la injerencia extranjera en aspectos internos, pedir intervenciones militares, organizarse con financiamiento de potencias extranjeras para ejecutar actos de terrorismo y desestabilización… etc.…” En pocas palabras, en Nicaragua nadie puede ser opositor político del dictador. Ortega y sus cómplices lo eliminan del camino.

Nicaragua es una dictadura. No puede ser que alguien lo dude. Ortega y su esposa son los dictadores y dueños del país, en complicidad con jueces y ministros que manejan el ejército y la policía. Nadie puede ser opositor porque siempre buscan una forma de descalificarlos y anularlos antes de las siguientes elecciones. La próxima elección será el 7 de noviembre, y en este momento el dictador ya metió a la cárcel a cuatro de sus principales opositores. La primera en ser arrestada fue Cristiana Chamorro, el segundo fue Arturo Cruz, el tercero Félix Maradiaga y el cuarto y más reciente, Sebastián Chamorro.

Ya se han pronunciado en contra de estas arbitrarias e injustas detenciones el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), el Departamento de Estado norteamericano para Asuntos del Hemisferio Occidental, la Organización de Estados Americanos (OEA) y se están sumando todos los países democráticos del mundo en un repudio total a esta arbitrariedad y violación de los derechos humanos.

Es lamentable que en pleno siglo XXI sigamos teniendo dictadores que usan el poder y la coerción, reprimiendo a la oposición, ya sea política o periodística. Por ello es importante que desde otros países se eleve la voz contra estas violaciones, para que se respete la integridad de las personas capturadas y les devuelvan su libertad. Pero también para que se retome el estado de Derecho que garantice los derechos individuales a la vida, la libertad y la propiedad. Nicaragua debe liberar ya a los presos políticos y los gobiernos de Centroamérica no deben convertirse en cómplices con su silencio.

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