DESARROLLO DE PAÍS

No a la guerra, sí a la democracia

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Me causa mucha preocupación la invasión de Rusia a Ucrania. Varios medios de comunicación reportan que es una pretensión del presidente Vladímir Putin desde hace algunos años. Creería que no lo había hecho porque veía fortalezas de manejo político internacional en los Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump y en Alemania bajo la administración de Ángela Merkel. El escenario se ha modificado, y ante eso tomó la decisión de invadir agrediendo a la ciudadanía ucraniana —hay reportes de muertos y heridos—. Muchos se preguntan ¿por qué el interés de Rusia de invadir Ucrania? Y, aunque la justificación de Putin sea por apoyar a ciudadanos de las regiones Donetsk y Lugansk, este movimiento le permite a Rusia control y un mejor acceso a Crimea y a tener control de la producción de gas natural, otros productos naturales y productos agrícolas como el trigo y girasol a gran escala.

' Putin encontró la forma de mantenerse en el poder, por lo que hoy día es un dictador.

José Santiago Molina

Lo que está sucediendo en Ucrania ha puesto al mundo a tomar posiciones claras. En el continente americano solo Venezuela ha manifestado apoyo a Rusia. En Europa ha habido reacciones a favor de Ucrania y creería que la mayor parte del planeta está en contra de las acciones militares de Rusia. Guatemala ha dicho a nivel gubernamental que se opone a la invasión de Rusia y pide una solución pacífica y que todo vuelva a la normalidad.

Es importante recordar que Putin creció cuando Rusia era parte de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Al final de la guerra fría, Mijaíl Gorbachov, el presidente de la URSS, encaminó a Rusia a la democracia, donde habría elecciones presidenciales libres. Putin encontró la forma de mantenerse en el poder, por lo que hoy día es un dictador. Es muy popular y hábil en materia económica y seguramente en el manejo de las finanzas públicas.

La URSS fue el padrino de Cuba en los años de la Guerra Fría y desde Cuba se facilitaron condiciones para dotar de recursos a los insurgentes en Guatemala durante el conflicto armado interno que duró un poco más de 30 años y que terminó con la firma de la paz el 29 de diciembre de 1996, cuando finalizaba el primer año de gobierno de Álvaro Arzú Irigoyen.

Desafortunadamente para la inmensa mayoría de ciudadanos guatemaltecos, el pleito ideológico de la exguerrilla se siguió desde la gestión política, lo cual es válido, y desde la incursión en el sistema de justicia tal y como el Foro de Sao Paulo lo ha ido marcando desde su inicio en 1990 bajo el liderazgo de Fidel Castro y el apoyo de Luiz Ignacio Lula da Silva, el expresidente de Brasil.

En la arena política, la izquierda a nivel de elección popular no había superado el 3% de votos hasta que en el 2019 lograron vía Codeca-MLP un porcentaje mayor. Cabe recordar que Codeca es señalado por el hurto de energía eléctrica de la red pública y que no tiene consecuencias judiciales.

En la ruta para penetrar el sistema de justicia, lo más visible en señalamientos públicos fue la designación de Claudia Paz y Paz como fiscal general por el presidente Álvaro Colom. En el Organismo Judicial también fue visible el actuar de un magistrado ya fallecido y por algunos jueces entre los que destaca la juez Jasmín Barrios, quien de una manera cuestionada celebró la condena de genocidio del exjefe de Estado Efraín Ríos Montt, lo cual fue corregido por la Corte de Constitucionalidad por violaciones al debido proceso.

Hay varios ejemplos de cómo la justicia se ha politizado e ideologizado, y quizá lo más marcado ha sido la gestión del último comisionado de la extinta Cicig donde fue violando el debido proceso en muchos casos, no solo condenando a inocentes mediáticamente, sino que, además, teniéndolos en la cárcel de manera preventiva por meses y años, no en sus casas como la ley lo permite.

Apoyemos a Ucrania.

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