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Nuestra red vial refleja subdesarrollo total

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En Guatemala todos los inviernos producen fuertes lluvias y tormentas, que traen consigo derrumbes, socavones, desborde de ríos e inundaciones. Según las declaraciones “oficiales”, estas son la causa de la destrucción de puentes y carreteras. Sin embargo, esta devastación en la infraestructura se debe al pésimo diseño, ejecución y mala calidad de materiales que utilizan los contratistas que trabajan para el gobierno. No hay supervisión, control de calidad, garantía, ni responsabilidad civil o penal por los daños que ocurren, luego de entregado el proyecto. Por ende, aquí con un “chipi chipi” es predecible la destrucción de la infraestructura del país. Puentes y carreteras que no solo están mal construidas, sino que bajo estas circunstancias quedan en ruinas, ante estos desastres climáticos.

Por las lluvias registradas en todo el país los suelos se han saturado y han puesto en riesgo la vida de muchos guatemaltecos, que son vulnerables ante esta emergencia, debido a los deslizamientos de tierra e inundaciones. Además, ya se cuantifican millonarias pérdidas y se espera un fuerte impacto en el abastecimiento y en las exportaciones. Evidentemente los daños en infraestructura y red vial de las carreteras afecta a toda la economía nacional; incluso el turismo interno está completamente paralizado. ¿Quién quiere viajar a la Antigua, y estar 14 horas en el tráfico?

Según los últimos reportes, se estima que ya van más de un millón de personas afectadas en los últimos días, ya que además de los colapsos de las rutas al Pacífico y al occidente del país, en el fin de semana se produjo el derrumbe o inhabilitación de nueve puentes y 108 carreteras. También hay daños en 111 viviendas y 121 escuelas. Aunque todos los países están atravesando cambios climáticos devastadores, si tienen una buena infraestructura salen avante, pues esta refleja su nivel de desarrollo. ¿Concibe usted posible que lo que está ocurriendo en Guatemala podría pasar en Canadá? ¿Imagina acaso el puente de Brooklyn con hoyos? ¿O la Interestatal 55 de Estados Unidos con socavones?

' La devastación en la infraestructura, se debe al pésimo diseño, ejecución y mala calidad de materiales que utilizan los contratistas del gobierno.

Brenda Sanchinelli

Todo lo que está ocurriendo es un síntoma de subdesarrollo total. ¿Le suena familiar la frase, “todos los caminos llevan a Roma”? Porque los antiguos romanos sabían bien la importancia de las redes viales y establecieron un sistema generalizado de carreteras con fines militares, políticos y comerciales. Por alguna razón, los imperios más importantes de la civilización se enfocaban en crear y diseñar caminos. Aquellos países que han dado vida a asombrosas obras de infraestructura sabían que hacerlo significaba cambiar la morfología de su entorno.

El Camino Real de Persia, una red construida en el siglo V a. C. por Darío I, que cruzó toda la actual Turquía y permitió a los mensajeros del rey viajar más de dos mil kilómetros en siete días. Y también la Ruta de la Seda, donde el comercio entre los imperios chino y romano pasó por 8 mil kilómetros. Simples ejemplos que abarcan los siglos y conducen directamente a la historia contemporánea. El valor de las carreteras permanece sin cambios desde el inicio de los tiempos y hoy, como entonces, representa un símbolo indiscutible del desarrollo humano.

La oferta de carreteras, puentes y caminos construidos con calidad promueve la integración de los mercados, reduce los costos de transporte y los tiempos de viaje que, a su vez, estimulan el comercio en el área de influencia. La red de carreteras permite satisfacer las necesidades básicas de educación, trabajo, nutrición y salud. Estas necesidades son las principales actividades de un país; por lo tanto, debemos empezar a exigir al gobierno de turno inversión de calidad en infraestructura.

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