Obviamente, los aspirantes a ocupar el Guacamolón no pertenecen al sindicato de ángeles, cerrado hace mucho por falta de miembros… pero algunos se pasan y pertenecen al sindicato de demonios. Ante la multitud de interesados en sacrificarse por la patria, como todos afirman o piensan, es importante revisar de dónde vienen, cuál es su historial politiquero, sus cambios de partidos, y demás. De los candidatos a la presidencia, solamente seis tienen alguna posibilidad de estar en la segunda vuelta, al llegar al primero y segundo puesto de las elecciones, dentro de 58 días. Es grande la cantidad de entrevistas concedidas a los aspirantes por la prensa independiente, y también la comprometida, ya denunciada por un candidato muy enojado y controvertido.

En orden alfabético, y a criterio muy personal, antes de haber iniciado la campaña: Con posibilidad (orden alfabético): Manuel Conde, Edmond Mulet, Zury Ríos y Sandra Torres, aunque talvez podría haber alguna sorpresa entre los nuevos, pero no lo creo. El resto solo pueden aspirar a lograr diputados. Algo conocidos: Bernardo Arévalo, Francisco Arredondo, Rafael Espada, Sammy Morales, Giovanni Reyes, Julio César Rivera y Amílcar Rivera. Desconocidos: Oscar Rodolfo Castañeda, Armando Castillo, Isaac Farchi, Luis Antonio Lam, Rudy Guzmán, Rudio Lecsán Mérida, Amílcar Pop, Hugo Peña, Ricardo Sagastume, Giulio Talamonti, Álvaro Trujillo, Manuel Villacorta (Carlos Pineda ha aumentado su conocimiento a causa de su ruidosa campaña).

Hay también divisores de votos: en la izquierda, Bernardo Arévalo, Amílcar Pop y Manuel Villacorta. En la derecha: Isaac Farchi, Giovanni Reyes, Julio César Rivera, Luis Antonio Lam, Oscar Rodolfo Castañeda; Ricardo Sagastume, Giulio Talamonti, Armando Castillo. Aspirantes de encargo: Rudy Guzmán, yerno de Sandra Torres, con un partido de doce meses, casado con la expresidenta del Parlacén Nadia de León Torres, quien en maniobra nocturna entregó una curul a Jimmy Morales para permitirle inmunidad. En los clanes políticos: los Arzú (Álvaro, Roberto, Álvaro hijo y, ahora, Sebastián, tercera generación); los Rivera, de Mixco, y presencia en Escuintla y el Congreso de hace unos 25 años, y además clanes de departamentos, centrados en alcaldías o diputaciones.

A causa de ambiciones personales, partidos de papel, capricho de permanencia en la politiquería como un negocio, se justifica investigar el transfuguismo porque al menos el 75% de los presidenciables lo han practicado al punto de provocar la envidia de los chapulines. Por eso no hay planes, no hablan de cómo iniciarán siquiera la solución de algún grave problema del país. Los videos los retratan como gente poco seria, caracterizados por banalidades, expresiones soeces, tropezones al hablar, falsas besaderas de muchachitos y ancianos, ni decir una sola vez cómo actuarán en el caso de llegar a la presidencia, vista por ellos como una monarquía absoluta, copiando a Alejandro Giammattei.

Carlos Pineda, recién conocido, tiene la novedad de ser el único aspirante presidencial a quien, se sabe, Estados Unidos le retiró la visa. Hábil al hablar, es iracundo con quien no piensa como él ni lo aplaude. No entiende el papel de la prensa en una democracia. Orador hábil, pero vulgarcito y sorprendente. Solo quiere responder preguntas conocidas o sugeridas. Promete gobernar en base a decretos, fue amonestado por el TSE a causa de su show de haber sido amenazado de muerte y ofrecer recompensa por información. Evidencia falta de experiencia y tacto politiqueros. Pero es evidencia el peligro de su populismo en las candidaturas de la tenaz Sandra y el leal Meme.