PLUMA INVITADA

Patojo chispudo

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El titular del 23 de marzo menciona que solo el 17% de los graduandos supera la prueba matemática. Es un verdadero desastre para nuestro sistema de educación y vemos las consecuencias de una educación virtual muy deficiente y poco exigente.

' Nuestro sistema educativo no nos enseña a pensar ni a aprender, solo a memorizar como autómatas.

Carlos R. Paredes

¿Por qué los padres de familia se conforman y pagan por una educación deficiente? Es porque los guatemaltecos somos egoístas y preferimos romper las reglas para sacar provecho individual y mantenernos en nuestra zona de comodidad. De ahí el dicho de “patojo chispudo”, refiriéndose a una persona que no le importa incumplir las reglas mientras logre su cometido. ¿Cuántas veces no hemos estado en el auto haciendo cola para que un “patojo chispudo” se adelante y se meta en la cola?

¿Por qué el chapín es tan egoísta? Porque la historia y la experiencia nos han demostrado que la impunidad puede más que la ley, que los asaltantes y traficantes son más fuertes que la Policía, que nuestras autoridades prefieren hacer negocios propios, algunas veces ilícitos, que atender las necesidades de la población en general. Lo peor es que muchas de estas acciones se cometen a plena luz del día sin que se persiga y menos condene a los culpables. Por lo anterior, el chapín también es criticón y prefiere ver lo malo a lo bueno, ya que nunca se arriesga a hacer alguna propuesta de mejora sustentada. Se conforma con hablar, criticar y que lo dejen tranquilo sin meterse con su vida.

¿Quién tiene la culpa? Nosotros mismos, porque hemos tolerado por más de 70 años un sistema educativo atrasado, ineficiente y corrupto. Un sistema educativo que promueve al “patojo chispudo” sobre el estudiante cumplidor y aplicado. Un sistema educativo que no forma de manera integral al estudiante. Un sistema educativo que está tan centrado en los conocimientos a través de la memoria que no refuerza los principios morales y éticos que el estudiante debe recibir en casa. Un sistema educativo diseñado para mantenernos en la ignorancia y sin criterio propio. Como resultado, los graduados de este triste sistema educativo solo son ejemplo de egoísmo para sus hijos, por lo que estos crecen creyendo que ser “patojo chispudo” es como debe uno crecer.

¿Cómo resolverlo? Solo se puede resolver cambiando totalmente el sistema educativo. Es necesario modernizarlo, seleccionar correctamente a los profesores, entrenarlos y darles el apoyo técnico y de insumos que necesitan para que los estudiantes realmente tengan una oportunidad de sobresalir por buenos y no por chispudos. También hay que apoyar a los estudiantes con alimentación, insumos y tecnología. Lo malo es que la solución al problema es a largo plazo, se trata de al menos dos o tres generaciones de estudiantes para que se empiece a sentir el cambio. Lamentablemente, ningún político egoísta apoyará un proyecto que concluirá cuando él sea un anciano o haya fallecido. Por su propio egoísmo, la clase política guatemalteca solo se interesa por proyectos a corto plazo (menos de cuatro años), en donde el personaje puede colocar la primera piedra e inaugurarlos en su período. Lo hemos visto una y otra vez a nivel del Ejecutivo, del Legislativo y de los gobiernos municipales.

Sin embargo, de no empezar con la reforma educativa de inmediato, seguiremos condenados al subdesarrollo, a la ignorancia, a la corrupción generalizada por la falta de valores, al analfabetismo político, tecnológico y científico, ya que la mayoría de los graduados se emplean en un trabajo donde se sienten cómodos, pero donde el aprendizaje es limitado. Nuestro sistema educativo no nos enseña a pensar ni a aprender, solo a memorizar como autómatas.

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