POR LA LIBERTAD
Que cada uno se cuide a sí mismo
Ayer se dieron a conocer, por parte del Gobierno, nuevas medidas que relajan las condiciones impuestas para supuestamente controlar la pandemia del covid-19. Al escribir este artículo aún no había escuchado el anuncio ni cuáles son, pero sí creo que es importante volver a la normalidad lo antes posible. Es responsabilidad de cada persona cuidarse a sí misma, no debió ni debe ser del Gobierno.
' Es responsabilidad de cada persona cuidarse a sí misma, no debió ni debe ser del Gobierno.
Ramón Parellada Cuadrado
Varios temas vienen a mi mente cuando miro retrospectivamente lo que ha ocurrido en Guatemala. Las vacunas vinieron tarde y se escogieron las rusas en un negocio de lo más raro y poco transparente que ha habido. La imposición de toques de queda y el ver a la policía y ejército capturando a quienes incumplían, tratándolos como criminales, fue triste y deprimente. La violación a los derechos fundamentales a la vida, la libertad y la propiedad fueron violados basándose en la opinión de “expertos” que tenía más dudas que certeza en lo que recomendaban. No puedo olvidar que entre las violaciones a las libertades de las personas se cometieron abusos con discriminación, pues a los mayores de 60 años, en algún momento, se les impedía ir al supermercado o a los bancos. Las medidas impositivas coercitivas hicieron que mucha gente perdiera sus ingresos y sufriera hambre y depresión. La economía del país se vino a pique, y aunque vamos recuperándonos, el daño causado a miles de personas es irreversible.
Estas medidas del Gobierno fueron exageradas, olvidando que los ciudadanos tienen derechos, no son tontos y se saben cuidar a sí mismos. Lamentablemente, muchas personas aplaudieron las medidas y siguen resistiéndose a volver a la normalidad. Pienso que tienen miedo y que esperan que otros obliguen a los demás a hacer lo que ellos consideran que es lo mejor para cuidarse. Se olvida que libertad y responsabilidad son las dos caras de la misma moneda y son fundamentales para la vida humana. Yo les diría a quienes se resisten a volver a la normalidad: Cuídate a ti mismo, que yo me cuido solito. Al cuidarme yo estoy cuidando a los demás también. Y lo mismo haces tu cuidándote. No necesito que nadie me obligue a nada. Mucho menos que me critiquen y discriminen si es que he decidido libremente no vacunarme, no usar mascarilla, etc.
Hace poco tuve la oportunidad de viajar a Texas. Al igual que en Florida y Nevada, el uso de las mascarillas ya no es obligatorio. Ni siquiera en restaurantes ni en sitios con mucha gente. Considero que en Guatemala esto deberá ser asunto de cada uno. Entre los que se han enfermado y tienen ya anticuerpos y los que se han vacunado ya hay una gran población que de alguna manera está más protegida, y si se enferman el riesgo de terminar en un hospital es muy reducido.
Es verdad que el virus ha sido dañino y peligroso, pero como cualquier otra enfermedad debemos aprender a vivir con él y ser responsables de cuidarnos a nosotros mismos. En vez de concentrarse en este virus el Gobierno debe volver a su función primordial de garantizar la vida, la seguridad y la propiedad a través de un reforzamiento del sistema de justicia. Todavía hay muchas carencias en nuestra institución de Justicia. Los homicidios están incrementándose, cuando habían estado disminuyendo desde el año 2009, y esto es grave. Hay mucho por hacer en el tema de seguridad y justicia como para desviar la atención a una enfermedad de la que todos estamos conscientes y debemos cuidarnos solos.
El mundo entero está volviendo a la normalidad. Creo que cualquier medida en esa dirección es de aplaudirla. Cuanto antes eliminemos todas las restricciones será mejor para el mejoramiento del nivel de vida de los guatemaltecos.