Un reportaje de la revista The Economist me parece interesante para analizar los principales problemas que enfrentaremos en el 2023 y, según el cual, los últimos dos años han estado marcados por la pandemia de covid-19, pero que ahora el principal motor que está dando forma al futuro es la guerra en Ucrania. En los próximos meses, pronostican que el mundo tendrá que enfrentar el impacto impredecible de este conflicto en la geopolítica y la seguridad, los esfuerzos por controlar la inflación, la agitación en los mercados energéticos y el incierto camino de China tras la pandemia. Todos estos problemas están interconectados y tendrán consecuencias de gran alcance.

Un tema a seguir durante el próximo año es el impacto de Ucrania en el escenario mundial. El resultado del conflicto tendrá un impacto significativo en los precios energéticos, la inflación, las tasas de interés, el crecimiento económico y la escasez de alimentos. Si Ucrania logra avances rápidos, podría representar una amenaza para el presidente ruso Vladimir Putin, pero una prolongada estancia es el escenario más probable. Rusia buscará prolongar el conflicto, con la esperanza de que la escasez energética y los cambios en la política estadounidense debiliten el apoyo occidental a Ucrania.

Otra tendencia a tener en cuenta es la inminente recesión en las economías principales. A medida que los bancos centrales suben las tasas de interés para controlar la inflación, se espera que Estados Unidos experimente una recesión relativamente leve, mientras que Europa enfrentará una recesión más grave. El dólar fuerte también perjudicará a los países más pobres que ya luchan con el aumento de los precios de los alimentos.

Habrá muchas especulaciones sobre si China ha alcanzado su punto máximo, ya que la población de India se espera que supere la de China en abril. Con la población de China en declive y su economía enfrentando desafíos, un crecimiento más lento podría significar que la economía de China nunca superará en tamaño a la de Estados Unidos.

En Estados Unidos, las divisiones sociales y culturales sobre temas como el aborto, las armas y otros temas controvertidos seguirán profundizándose, alimentadas por fallos recientes de la Corte Suprema y el anuncio de la candidatura de Donald Trump para las elecciones presidenciales del 2024.

También hay posibles focos de tensión a tener en cuenta en todo el mundo, ya que el intenso enfoque en Ucrania aumenta el riesgo de conflictos en otros lugares. Con Rusia distraída, pueden producirse conflictos en su órbita de influencia. China podría ver esto como un momento oportuno para actuar en Taiwán, y las tensiones entre India y China podrían aumentar en el Himalaya. Turquía podría intentar hacerse con una isla griega en el Egeo.

El “turismo de venganza” también puede ser una tendencia a seguir, ya que las personas acuden a destinos turísticos populares en un auge de viajes después del confinamiento. Se espera que el gasto global casi alcance la marca de 1.4 billones de dólares vista en el 2019, pero solo debido a la inflación que ha aumentado los precios. El número real de viajes internacionales de turismo, en 1.6 billones, seguirá siendo inferior al nivel previo a la pandemia de 1.8 billones del 2019, y se espera que el viaje de negocios siga siendo débil mientras las empresas reducen costos.

La idea de trabajar y jugar en mundos virtuales, conocida como metaverso, también podría ganar tracción más allá del ámbito de los videojuegos. En el 2023 se obtendrán algunas respuestas, cuando Apple lance su primer auricular y Meta considere revisar su estrategia ante una cotización bursátil débil. El auge de las “clave de paso” como reemplazo de las contraseñas también podría ser un cambio significativo.

2023: Un año con promesa de muchos cambios.