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Quiñónez debe poner sus barbas en remojo

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Estas elecciones fueron un buen termómetro para el alcalde Ricardo Quiñónez, ya que, en la contienda con Roberto González, lo superó por tan solo 423 votos. Quiñónez obtuvo, en total, 106 mil 604 votos, mientras que González terminó con 106 mil 181, a diferencia de Álvaro Arzú, que arrasaba con una mayoría significativa y un porcentaje de aprobación muy alto.

' Si el alcalde de Guatemala no cambia de actitud y su forma de trabajo, sus días realmente están contados en la alcaldía.

Brenda Sanchinelli

Muy al estilo del político clásico que pretende manipular a su grupo objetivo, unos meses antes de las elecciones se dio a la tarea de asfaltar algunas calles, aunque no le dio tiempo para pintarlas; finalizar pasos a desnivel, aunque, por ejemplo, el de la Guardia de Honor es un total fracaso, pues hay más tráfico ahora que antes de que se inaugurara esa vía; dejaron de poner multas y cepos con tal de no generar anticuerpos, pero la escasez de agua y el mantenimiento de las calles es un tema que ni aun en campaña fue solucionado, aunque sea paliativamente.

Quiñónez es percibido por los medios, los vecinos y los propios empleados de su Muni como un alcalde invisible. Su administración es indiferente a las peticiones y necesidades de los vecinos, que quisieran percibirlo como una persona más humana y empática ante los requerimientos de esta gran ciudad. A pesar de llevar más de 20 años trabajando en la Municipalidad y conocer todo el engranaje y funcionamiento edilicio, aún no logra despegar con sus propias alas. Aunque era inevitable que los últimos seis años se haya amparado en la herencia y sistemas que dejó implantados Álvaro Arzú y eso lo haya mantenido relativamente a flote, ahora los vecinos necesitan ver resultados concretos, innovación y cambios que muestren su propia identidad.

Los pasos a desnivel deben ser funcionales y un alivio para la saturación vehicular, y no ser construidos solo por salir del paso, al estar mal diseñados, y en lugar de venir a solucionar, vienen a agravar la situación existente.

El desempeño de Tu Muni no pasa de resolver los problemas paliativamente, pero los verdaderos caos y clavos siguen allí. La municipalidad más importante del país debe planificar para el futuro, y tener una visión a largo plazo. Invertir correctamente los recursos y satisfacer las necesidades básicas de sus vecinos. Es necesario pasar de la administración pública tradicional a una gestión participativa local, involucrando a los vecinos, ciudadanos, sector privado y medios de comunicación.

El alcalde debería ser una persona democrática y dinámica, que mantiene un estrecho contacto con la ciudadanía, evitando actitudes arbitrarias. No debe dormirse en los laureles que ni siquiera construyó él mismo, sino Álvaro Arzú. Más bien, debe arremangarse la camisa y ponerse a trabajar, no solo en la construcción de una imagen, sino en el desarrollo de una nueva ciudad. Lo importante para cualquier funcionario público es aceptar los errores para poder empezar a modificar sus actitudes. Se debería rodear de técnicos capaces y motivados que no sean necesariamente sus amigos, parientes o seguidores del partido.

Es necesario planificar para que las decisiones de tránsito, cambio de vías, semáforos, pasos a desnivel, etc. se hagan basándose en estudios serios, donde se tome en cuenta a los usuarios y se utilice una lógica y sentido común. La ciudad es propiedad de todos los guatemaltecos, y —por lo mismo— tienen la obligación de considerar nuestras opiniones.

Por esto cabe mencionar el popular refrán que se aplicaría al tipo de administración de este alcalde: “Cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar”, lo que significa que, si no cambia de actitud y su forma de trabajo, sus días realmente están contados en la alcaldía capitalina.

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