ECONOMÍA PARA TODOS
Rafael Felipe Solares, secretario de Hacienda
Jorge Solares, como editor, promovió el libro titulado Un Siglo de Silencio. R. Felipe Solares. Creador de la Moneda Nacional. Editorial Universitaria Universidad de San Carlos de Guatemala. 2022.
' Solares fue comisionado para negociar un crédito en EUA, encontrando las ventanillas cerradas.
José Molina Calderón
Fui invitado para escribir la presentación del libro.
La gestión pública de Solares se inició cuando el presidente José María Orellana lo invitó a ocupar el cargo de ministro de Hacienda y Crédito Público. Tomó posesión del mismo el 12 de diciembre de 1921. Tuvo a su cargo rescatar las finanzas del Estado de Guatemala, en plena crisis económica. Tenía muchas deudas y poca plata. Presentó un plan a la Asamblea Legislativa. Obtuvo permiso para afrontar la crisis. Redujo la planilla de empleados del Estado dentro del país y de los diplomáticos en el extranjero.
El problema monetario y fiscal originó que un comisionado del ministro Solares buscara un empréstito en los Estados Unidos de América. La Casa Blair & Co., de Nueva York propuso un negocio que el Ejecutivo aceptó. Sin embargo, el presidente José María Orellana se arrepintió y promovió que los diputados rechazaran el préstamo. Por ello, el ministro dimitió el 11 de mayo de 1922. El presidente y los ministros le pidieron a Solares que no renunciara. Solares puso condiciones para quedarse como ministro y continuó en el cargo. Hubo críticas de los medios de comunicación, por lo que Orellana suspendió las garantías constitucionales.
Después del fracaso del caso Blair, el ministro Solares buscó apoyo público y nombró una comisión de notables para que analizaran la situación económica del país, y propusieran soluciones. Los comisionados rindieron su informe, donde respaldaron la propuesta del ministro del préstamo. La situación económica empeoró. Se tuvo que intervenir el Banco de Occidente, quebró la Casa Bancaria Clermont y Cía., y hubo incendios en establecimientos comerciales. El gobierno se enfrentó al periodismo escandaloso: suspendió la garantía constitucional correspondiente y reformó la Ley de Imprenta para amordazar la prensa durante tres meses.
En agosto de 1922 ocurrió una rebelión y sedición, como la calificó el gobierno, en algunos municipios, lo que obligó de nuevo a restringir los derechos de los guatemaltecos, y para restar importancia a los hechos, sólo afectó a los departamentos de Guatemala, Amatitlán, (fue Departamento de 1839 a 1935), Escuintla, Sacatepéquez, Chimaltenango y Santa Rosa. El gobierno acusó al Partido Conservador, y encargó de la prosecución del sosiego al ministro, General Jorge Ubico. Se formó Consejo de Guerra y en cinco horas el día 27 de agosto se condenó a la pena capital a tres personas, Francisco y Salvador Lorenzana Batres y a José Meza, y a quince a prisión de dos a cinco años, incluida una dama, doña Cleotilde Batres de Batres Ortega. Otro Consejo de Guerra del 30 de agosto condenó a muerte sólo a Francisco Lorenzana. Este acto había sido precedido por los fusilamientos de Daniel Escobar, Evaristo Laz, Lauro Borrayo y Macario Vásquez
Ante la mencionada rebelión y sedición de agosto de 1922, el gobierno del presidente José María Orellana acusó al Partido Conservador de conspiración. Orellana expulsó del país al arzobispo monseñor Luis Javier Muñoz y Capurón, S. J. El alto costo “de la guerra” desajustó el presupuesto del ministro Solares, quien además tenía un lejano parentesco por afinidad con Lorenzana, quien fue fusilado.
El presidente Orellana sorpresivamente dispuso acudir al empréstito extranjero para enfrentar la crisis económica. El ministro Solares fue comisionado para negociar ocho millones de dólares, en los Estados Unidos de América.