DESARROLLO DE PAÍS

Responsabilidad al elegir en segunda vuelta

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Mi primera oportunidad de votar fue para las elecciones de 1985, a la cual no asistí por estar estudiando mi carrera universitaria en el extranjero. Desde 1990, he votado en todas las elecciones y siempre he votado por alguien (nunca he votado nulo ni en blanco). En el caso de la elección presidencial y vicepresidencial, no siempre ha ganado el binomio de mi preferencia, pero he tenido la oportunidad de votar.

' Tuvimos sorpresas en el resultado de las elecciones del 25 de junio, donde las instituciones públicas se pusieron a prueba.

José Santiago Molina

Como lo anoté en los tres artículos anteriores, tuvimos sorpresas en el resultado de las elecciones del 25 de junio, donde las instituciones públicas se pusieron a prueba y donde, en el caso de la elección del binomio a la Presidencia y a la Vicepresidencia de la República no tienen representatividad ninguno de los dos. En esta ocasión, se ha vuelto complicado elegir para muchísimos, porque, como es del conocimiento de todos, la primera vuelta el voto nulo y blanco fue el mayor (24.31%), mientras que quienes compiten para el mayor cargo público en la República, Sandra Torres y Romeo Guerra obtuvieron el menor porcentaje de todos los primeros lugares (15.9%) de la época democrática y Bernardo Arévalo y Karin Herrera obtuvieron el menor porcentaje de todos los segundos lugares (11.74%).

Esta es primera ocasión en que la temática entre familiares, entre amigos, entre compañeros de estudios y de trabajo, en redes sociales y en medios de comunicación, el dilema de por qué binomio votar en la segunda vuelta ha sido el gran tema de las últimas siete semanas. Cuando me preguntan, que no son pocos, les respondo que hagan una evaluación de la hoja de vida de los candidatos, de la afinidad con el vicepresidenciable, de los logros de cada uno, de los problemas en que han incurrido, de la ideología, de los principios y valores, del equipo de trabajo que les acompañan, de sus posiciones con temas constitucionales con respecto a la vida, a la libertad y la propiedad privada, su proyecto de desarrollo de país con sustento y que en sus propuestas de plan de gobierno tengan el cómo lo van a hacer y no solo el qué van a hacer. El qué van a hacer es meramente discurso. El cómo lo van a hacer ya da para analizar si es realista o no.

La candidata de la UNE es la tercera vez que compite por el cargo y en las tres ocasiones ha llegado a la segunda vuelta. La mayor parte de sus votos los obtiene en lo rural del país. En su propuesta política ha migrado de propuestas congruentes con la socialdemocracia a propuestas conservadoras indicando en su discurso su respeto a la vida desde la concepción, a la libertad, a la propiedad privada y a la economía de mercado. Cuando fue primera dama de la Nación (2008-2012), fue visible su participación creando e implementando los programas sociales del gobierno de su entonces esposo, Álvaro Colom, los cuales ha ofrecido volver a implementar.

El candidato del Movimiento Semilla, partido de izquierda democrática progresista (así lo han indicado ellos), es hijo del expresidente Juan José Arévalo (1945-1951) que nació 7 años después de que su padre terminara la presidencia. Es académico, sociólogo y político, prestó servicios en la Cancillería y actualmente es diputado. Es un partido relativamente nuevo que pasa por una investigación de la autoridad competente por acusación de inscripción de fallecidos y por firmas falsas en la creación del partido. Su propuesta y discurso ha variado de la primera vuelta donde no eran muy conocidos a segunda vuelta donde se han dado a conocer en el país. En la primera vuelta sus votantes fueron urbanos y jóvenes. Debemos evaluar seriamente por qué binomio votar. Quien gane debe saber que la representatividad les afectará seriamente al hacer gobierno. Deben tender puentes, dialogar, buscar el bien común y el desarrollo sostenible del país. El plan Guatemala No Se Detiene les serviría mucho.

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