PLUMA INVITADA
Se viene el repunte… ¿repunte de qué?
Tuvimos una Semana Santa normal, con procesiones, y gozamos de unas excelentes vacaciones de verano. Sin embargo, luego de observar las aglomeraciones en los cortejos y los sitios vacacionales, no nos queda la menor duda del relajamiento generalizado de todos.
' No debemos ahogarnos en un vaso de agua cayendo presa de un miedo irracional promovido por dos años de fijación en las variables equivocadas.
Carlos R. Paredes
Por ello, no es de extrañar que empecemos a sentir un repunte en el contagio. Los resultados de la plataforma del MSPAS publicados el 21 de abril muestran que el porcentaje de positivos está subiendo, el número de casos confirmados también, los casos activos oscilan entre subir o disminuir ligeramente y los casos acumulados parecen estar levantando la cabeza. Todo indica que el esperado repunte ya está sobre nosotros y la pregunta es: ¿será que debemos preocuparnos?
¡Absolutamente no! Ninguna de las variables mencionadas con anterioridad es ahora adecuada para describir la situación del contagio. Las variables que ahora importan son el número de personas fallecidas al día y la ocupación de los hospitales. Ambas muestran estar en un punto mínimo y aún no presentan ningún incremento debido al repunte. Por supuesto, se registran varios fallecidos al día, pero el número no debe alarmarnos porque la mayoría corresponde a días anteriores y no a las 48 horas anteriores al reporte. El indicador de personas fallecidas está en un mínimo y mantiene su tendencia a la baja. Asimismo, ahora se registran más de mil casos nuevos diarios, que tampoco deben asustarnos porque la ocupación de los hospitales es muy baja. El Hospital Roosevelt está atendiendo a solo seis pacientes y el Hospital del Parque de la Industria registra únicamente a 12 pacientes ingresados.
¡El problema está en nuestra mente! Durante dos años nos han condicionado a fijarnos únicamente en el número de casos nuevos y actuar acorde. Incluso el semáforo del TAS se basa exclusivamente en los casos nuevos y de las pruebas realizadas. Ahora incluye la vacunación para medir el avance de la campaña, pero que no es útil para describir la situación del contagio. Sabemos que la intensidad del contagio y la saturación del sistema de Salud no se miden con casos confirmados o activos, se miden con el número de personas fallecidas y la ocupación de los hospitales, respectivamente. Estos dos indicadores nos muestran hoy en una excelente posición y son claros al indicar que el virus ya no es letal. Como los síntomas son leves, sobre todo si se cuenta con al menos una dosis de vacuna, la enfermedad es solo una gripe que se trata y se cura en casa en muy pocos días.
Por lo anterior, no debemos ahogarnos en un vaso de agua cayendo presa de un miedo irracional promovido por dos años de fijación en las variables equivocadas. Es imperativo modificar o eliminar todas las restricciones, porque el motivo que las hizo necesarias en el 2020, la letalidad del covid-19, ya no está presente hoy. El semáforo del TAS debe modificarse, para que se base en el número de personas fallecidas, la ocupación de los hospitales y el porcentaje de positivos. Todos debemos volver ya a la normalidad prepandemia porque las mutaciones del virus no hacen ya necesaria la muy publicitada nueva normalidad.
¡Por supuesto que se viene un repunte! Pero es un repunte de gripes casi inofensivas, con muy pocas hospitalizaciones y aún menos fallecimientos. Se trata de un repunte que no debe preocuparnos y que realmente no debe afectar nuestra actividad diaria. Se viene un repunte que confirma que la pandemia mortal, en realidad, ya pasó, y que debemos volver a la normalidad.