PLUMA INVITADA
Seamos una mejor sociedad tras esta pandemia
Aunque pareciera que llevamos más de dos semanas en esta crisis, han pasado solo 15 días desde que se detectó el primer caso de covid-19 en el país. El bombardeo de noticias, la adaptación al teletrabajo, las preocupaciones financieras de familias y empresas, el cambio de hábitos y el temor a enfermar son múltiples factores que le han caído a la población como balde de agua fría. La humanidad está estresada, enferma, con miedo y preocupada por la incertidumbre del futuro. Hay algunos que comparan lo que hoy vivimos a guerras pasadas o incluso a recesiones económicas no tan lejanas. Sin embargo, ahora es la humanidad completa la que se ve en riesgo; no solamente algunos, un país o una región. Lo importante a entender, por cada individuo, es que el enemigo es un virus y que existe en cada uno una responsabilidad compartida. Las decisiones del individuo de tomar las medidas de higiene, de quedarse en casa y actuar conforme a las disposiciones de las autoridades tienen repercusiones en la familia y la sociedad. Esta es una crisis sin precedentes, donde absolutamente todos estamos siendo sacudidos y no tenemos una referencia previa para saber a ciencia cierta qué va a funcionar y qué no. Estamos en un momento de decisiones de prueba y error que se toman cada 24 horas y no podemos esperar que no haya equivocaciones. Sin embargo, creo que sí es importante por lo menos dar el beneficio de la duda a las decisiones que las autoridades y otros líderes están tomando. Es un deber cívico hacer nuestra parte; por un lado, quedándonos en casa responsablemente si podemos hacerlo, pero también, por otro, siendo agradecidos con los profesionales de la salud, con las personas que deben ir a trabajar y con las empresas que también están dando todo de sí para mantener la producción de alimentos y productos de higiene, el abastecimiento de productos, el funcionamiento de servicios básicos y la atención al usuario.
' Debemos dar nuestro aporte para mantener una sociedad sana, no solo a través de la prevención del contagio, sino también de la empatía con el prójimo.
Andrea Monzón
Una recesión global es casi segura, como expresó el secretario general de las Naciones Unidas en conferencia virtual, hace un par de días. “El covid-19 está matando personas, así como atacando a la economía en su núcleo–comercio, cadenas de suministro, negocios y empleos”, indicó Gutérres. Esto nos pone a pensar que luego de la pandemia los países tendrán una labor titánica de recuperación económica y las empresas que lograron sobrevivir jugarán un rol primordial en ello. He escuchado críticas de que la medida de diferir pagos del IGSS, Irtra e Intecap solamente vienen a generar cierto alivio a las empresas “formales”. Resulta fácil criticar siendo solo espectador y teniendo una visión corta del panorama a futuro. La formalidad no es fácil, por lo que llevar a las pocas empresas formales en Guatemala al abismo no es una medida sensata ni para la retención de empleo actual ni para nuestra recuperación económica futura. Una crisis humana solamente se alivia con humanidad, con solidaridad, con empatía, y en esta última semana hemos visto cómo las empresas han dado un paso al frente para apoyar con donaciones de equipo, insumos y alimentos.
La complejidad de la crisis es reto suficiente para todos los sectores y como ciudadanos debemos estar a la altura para buscar soluciones de su misma escala. A pesar de que en este país nunca ha sido un momento adecuado para provocar división ni generar resentimiento, no hace falta quien en esta crisis a eso se dedique. Como ciudadanos, como empresarios, como autoridades, como familias, debemos dar nuestro aporte para mantener una sociedad sana, no solo a través de la prevención del contagio, sino también a través de la empatía con el prójimo. El mismo secretario general de las Naciones Unidas indicó que de esta crisis debemos aprender a “recuperarnos mejor”, siendo una mejor sociedad tras esta pandemia, y son los ODS los que nos brindan una hoja de ruta para la acción para lograr el fin de la pobreza, reducción de la pobreza, hambre cero y ciudades y comunidades sostenibles. “Debemos mantener las promesas para nosotros y para el planeta”, concluyó en la conferencia virtual. Yo opino lo mismo. Dejemos por un lado las diferencias ideológicas, los resentimientos y las divisiones. Solo #JuntosSaldremosAdelante.