Insólita derogatoria oficial del acuerdo gubernativo que establecía la contratación de seguro obligatorio de responsabilidad civil contra terceros del transporte colectivo urbano de pasajeros y carga. El ejecutivo argumenta que la tabla de valores para indemnización por daños, lesiones o muerte no tiene sustento técnico. Pésima resolución, protegiendo intereses sectarios que dejan inermes a usuarios accidentados.
Esta medida oficial, según entendidos en la materia, constituye traición gubernamental, porque favorece a transportistas que exigen mejores ganancias. Afortunadamente existen empresarios responsables que cuentan con seguros de vida para víctimas en respuesta al beneficio económico que obtienen diariamente.

Urge insistir en nueva iniciativa de ley que incluya máximo de velocidad, para evitar graves accidentes que dejan heridos, inválidos y muertos, incluyendo inocentes niños; peligros por acaparar mayor cantidad de pasajeros y dinero, inmediatas capturas de pilotos sorprendidos bajo efectos de licor o drogas y usando celulares; procesos, condenas, cancelación de licencias, evitar que jueces mafiosos ordenen inmediatas libertades tras recibir dinero; y protección a miles de guatemaltecos que diariamente utilizan por necesidad este transporte.

Igual situación registró la instalación de dispositivos electrónicos para regular velocidad de buses y vehículos pesados, por constantes y mortales percances.

*Homenaje al ilustre guatemalteco Antonio Larrazábal, quien presidió las Cortes de Cádiz de España a partir de 1810, hacia donde viajó durante un año en barcos viejos con remos, sin motor, por no existir vías terrestres o aéreas, sorteando huracanes y animales salvajes en peligrosos mares.

Luchó por la independencia de pueblos americanos, educación pública, libertad de imprenta, abolición de la tortura y horca de indígenas, humillación, maltrato y venta de gente pobre.

A sus 13 años estudió Filosofía y luego se graduó de bachiller en Artes y Filosofía y licenciado en Teología. Fue prócer de la Independencia, diputado al Congreso de la República, rector de la Real Universidad de San Carlos de Borromeo de Antigua, canónigo penitenciario del Cabildo Eclesiástico Guatemalteco, licenciado en Cánones y Leyes, doctor en Teología y Derecho Pontificio, Superior del Sagrario de la Catedral, secretario de Cámara del Arzobispado de Guatemala y defensor de pueblos oprimidos.

Dicha corte fue disuelta en 1814 por el Rey Fernando VII, cometiendo asesinatos, heridos y prisioneros, entre estos Larrazábal, condenado a seis años de prisión, ilegal castigo que concluyó consumado moral y físicamente aquí. Al recobrar su libertad fue nombrado nuevamente rector de la Universidad de San Carlos. Su imagen permanece viva en la historia guatemalteca, centroamericana y continental. El Instituto Normal para Varones (Inval), surgido en 1874 y bautizado con su nombre en 1953, incluye a la Asociación de Exalumnos Distinguidos con la Orden Antonio Larrazábal y a la Coordinadora de Exalumnos del Inval, que festejará otro aniversario el 13 de agosto próximo.

Una calle principal de Madrid, capital española, lleva su nombre, y aquí en el Congreso de la República funciona la Casa Larrazábal, monumento histórico donde vivió por muchos años.

Nació el 8 de agosto del 1769 y falleció a sus 84 años, en diciembre de 1853. Fue sepultado en las bóvedas de la Catedral Metropolitana.