PLUMA INVITADA
Suspender las elecciones a rector
La Universidad de San Carlos de Guatemala es, entre las demás, la más poderosa del país. Su incidencia en la designación de representantes en más de 75 cuerpos colegiados de Estado, desde la Corte de Constitucionalidad, Defensa Pública Penal, la comisión para elección de magistrados del Tribunal Supremo Electoral, la Corte Suprema de Justicia, salas de Apelaciones, Ministerio Público, Instituto Guatemalteco de Seguridad Social y Junta Monetaria, además de ser la única que, por mandato constitucional, tiene el cinco por ciento de los ingresos ordinarios del presupuesto de la Nación, sin dejar de mencionar su iniciativa de ley que permite cambios sustanciales y necesarios en Guatemala; sin embargo, no se proponen y el país se vuelve acéfalo y sin rumbo.
' La Universidad de San Carlos de Guatemala tiene influencia directa en 75 instituciones colegiadas.
José Miguel Argueta
Al ser de tal magnitud, la persona que la dirige debe ser un guatemalteco probo, íntegro y con las capacidades formativas que permitan desempeñar tal cargo. El clientelismo que ha caracterizado la elección de sus rectores desde la finalización del conflicto armado interno la ha hecho vulnerable a tal punto de que su último rector esté guardando prisión.
Los candidatos actuales hacen coaliciones políticas para confundir al electorado. En el último momento se retiran y dejan libre el camino a uno de ellos, en un intrincado pacto de corruptos.
Los candidatos de 2022, en el pasado, al promocionarse como decanos —paso generalmente previo a ser Rector Magnífico— de cualquier unidad académica, manifiestan cumplir con la labor de docencia, investigación y extensión.
Los candidatos a rector afirman que el factor imprescindible de la Universidad es la formación de estudiantes. Sin embargo, en la Universidad de San Carlos de Guatemala, con todo su poder, no se puede disentir sin ser juzgado.
Aquellos que lo intentan deben someterse a una persecución política durante su proceso de formación, o abandonarlo definitivamente, tal como sucede a múltiples estudiantes que participaron en las denuncias de corrupción en la Carolina en el último lustro.
Han iniciado persecuciones políticas en unidades académicas de ciencias sociales, ciencias puras, humanidades y en las ciencias aplicadas, contra estudiantes; incluso la contienda se vuelve peligro al punto de que los mismos candidatos necesitan seguridad privada, pues han sido víctimas de serias amenazas entre ellos mismos.
Estudiantes con excelente calidad académica terminan frustrando sus sueños por denunciar las falencias de su alma máter. Asimismo, la baja calidad académica de muchos de los egresados acrecienta la economía informal y se repite el modelo socialista donde sus profesionales carecen de la dignificación de su profesión.
Así como la Universidad de San Carlos de Guatemala tiene influencia directa en 75 instituciones colegiadas, el cabildeo daña a las entidades que son representadas por la Carolina.
Es momento de alzar la voz y denunciar el clientelismo que los aspirantes a rector han hecho con los ministerios de Estado. Un ejemplo, el Ministerio de Educación, poniendo en riesgo la educación guatemalteca, como lo hicieron las principales familias del país, apoyadas por el presidente Rafael Carrera, al firmar el Concordato entre la Santa Sede y el gobierno de Guatemala, que sumió en el analfabetismo al 100% de la población de Guatemala, prohibiendo la educación laica.
Esperemos que este clientelismo y esta confabulación se considere un fraude de ley y se suspendan las elecciones a rector hasta renovar la casa de estudios con gente proba.