Florescencia

Talento guatemalteco: una luz que trasciende fronteras

Esfuerzo humano, oportunidades, creatividad y herramientas adecuadas transforman vidas dentro y fuera de Guatemala

Las historias de los migrantes guatemaltecos en Estados Unidos son mucho más que sacrificios y remesas. Son testimonios de resiliencia y transformación, donde cada migrante que cruza una frontera lleva consigo algo invaluable: su talento, producto de su experiencia de vida, mezcla de aprendizajes escolares, laborales, populares, culturales, que se conjugan con su perfil único e irrepetible.


Hablar de éxito migrante guatemalteco es valorar un masivo esfuerzo, de sueños personales que se construyen día a día y de objetivos que germinan en medio de grandes desafíos. Estos retos moldean un carácter fuerte en cada migrante, los que, en un entorno competitivo, generan ventanas de oportunidad que no solo les permiten prosperar, sino también contribuir de manera significativa al bienestar de su país laboral como al de sus comunidades de origen.


Muchos migrantes que vienen del área rural no tuvieron acceso al sistema educativo moderno. Aun así, algunos aprendieron un oficio, ya sea de familia o en un instituto vocacional. Con esa base consiguen rebasar estándares y generar productos o servicios de calidad en mercados competitivos. ¿Cómo lo logran? Es la creatividad, la pasión, la capacidad de adaptarse e innovar, así como un fuerte compromiso de amor con sus familias. Este afecto es el motor de su capacidad de sacrificio y superación. Esta combinación de cualidades ha llevado a miles de migrantes guatemaltecos a sobresalir lejos de sus fronteras en diversos contextos: desde campos agrícolas hasta espacios de tecnología y negocios.

Hablar de los migrantes guatemaltecos es apreciar posibilidades infinitas. Su talento no solo transforma sus vidas, sino también las de sus comunidades y de todo el país.


En la página web de SoyMigrante.com hay muchas de estas historias de éxitos, como las de Ana y Brenda Castellanos, originarias de Quetzaltenango. Comenzaron trabajando en restaurantes neoyorquinos, en duras jornadas. El afán de reconectar con el sabor tradicional chapín las llevó a fundar el restaurante Ix (Jaguar) que hoy es punto de referencia en Brooklyn. Cultura, fortaleza, creatividad.


Norma y Juan Velásquez son los fundadores de West Stamford Fence: una de las tres mejores fábricas de bardas y cercas de Connecticut. De madera, de metal, de malla: lo que el cliente pida, se lo fabrican al gusto y medida. Talento, empatía, calidad.


Dionicio Virvez, maya q’anjob’al, tenía el sueño de actuar en cine y no solo lo logró: ahora abre oportunidades para jóvenes cineastas, incluyendo guatemaltecos a través de una beca. Ha triunfado, pero quiere compartir su éxito. Generosidad, expresión, identidad.


Todas estas vidas y valores tienen un impacto económico real. En 2023, las remesas enviadas desde EE. UU. a Guatemala sumaron US$19 mil 804 millones, un incremento de nueve por ciento respecto al año anterior. Para este año se proyecta que alcancen los US$21 mil millones. Tales cifras hablan del sacrificio y el compromiso de los migrantes con sus familias. Cada dólar es un símbolo de amor y esperanza. Guatemala está llena de talentos y creatividad. Cuando el Estado invierta en las personas a quienes se debe, cada persona como Brenda, Ana, Norma, Juan y Dionicio triunfarán sin tener que dejar a su familia y sacrificar sus vidas para alcanzar sus sueños. El país crecería más. Pero para ello se necesitan implementar herramientas, condiciones e infraestructura de desarrollo. Programas educativos, redes de apoyo comunitarias y financiamiento accesible son esenciales. Invertir en el desarrollo integral de las personas no solo reduce la migración forzada, sino que también fortalece el tejido social y económico del país. Hablar de los guatemaltecos es hablar de posibilidades infinitas. Es una invitación para todos a creer en el potencial de cada compatriota. Cuando un guatemalteco prospera, su luz no solo ilumina su propio camino, sino también el de su comunidad, su país y el mundo.

ESCRITO POR:
Marcos Andrés Antil
Emprendedor tecnológico, maya q’anjob’al y migrante guatemalteco. Impulsor de la educación y la transformación digital. Fundador y CEO de la compañía XumaK durante 18 años, con clientes en más de 25 países.