URBANISMO Y SOCIEDAD

Transporte y medio ambiente

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Al igual que la corrupción, existen los problemas urbanos, en especial del área metropolitana, que deben estar en manos de arquitectos o urbanistas, pues las municipalidades en Guatemala han estado mal planificadas y han causado los desastres en el tránsito y problemas sociales.

En los últimos años, el aumento de la demanda de transporte y del tránsito vial han traído como consecuencia, particularmente en las ciudades, incrementos en la congestión, accidentes y problemas ambientales, considerados aceptables por los ciudadanos. El aumento explosivo de esos fenómenos se debe a la facilidad creciente de acceso a automóviles, fruto del aumento del poder adquisitivo de las clases socioeconómicas de medianos ingresos, el mayor acceso al crédito, la reducción relativa de los precios de venta, una mayor oferta por recirculación de autos usados, el crecimiento de la población y la escasa aplicación de políticas estructuradas en el área del transporte urbano. El transporte urbano en las ciudades mayores consume alrededor de 3.5% del PIB regional, fracción abultada por la incidencia de la congestión de tránsito. Al costo de la congestión en términos de pérdida de eficiencia económica hay que sumar sus consecuencias negativas para la sociedad. Este fenómeno afecta no solo a los automovilistas, sino también a los usuarios del transporte colectivo, que son personas de ingresos menores, pues aumenta sus tiempos de viaje y, quizás de mayor consideración, hace subir el valor de los pasajes.

Al analizar el tránsito se advierte que las tendencias actuales se alejan de los objetivos marcados para asociar el crecimiento económico con el transporte. Y con la tendencia a recurrir a los carros y los tráileres, que hace que el transporte de pasajeros y de mercancías crezca a un ritmo más lento y que la economía en su conjunto, por consiguiente, en un agravamiento con el medio ambiente.

' Las palabras clave son salud y un medio ambiente adecuado, sin contaminación ni ruido.

Alfonso Yurrita Cuesta

La movilidad se caracteriza por los desplazamientos que se realizan desde el lugar de origen hasta su destino, con impactos negativos en el medio ambiente, produciendo aumento de las emisiones de gases de “efecto invernadero” y el ruido provocado por el transporte pesado que circula en lugares inapropiados, creando vibraciones, especialmente en zonas residenciales, donde los índices de contaminación atmosférica empiezan a ser considerados como un riesgo para el ambiente urbano.

El transporte a motor se ha incrementado de manera exponencial en los últimos años. La sociedad requiere en gran medida de la movilidad como un elemento esencial, pero hasta hace poco no se habían considerado las implicaciones para la salud y el medio ambiente.

Lo más grave es el transporte pesado circulando en zonas inadecuadas que está afectando las calles, las estructuras y la vida dentro de las viviendas. El transporte que mal se usa produce, en términos mal empleados, impactos con lesiones físicas, psíquicas y estructurales, pero todo podría evitarse aplicando la política para un cambio climático. No se cumple con el control de la emisión de gases. Esto, en medio de una vía de tránsito intensivo anárquico. La planificación territorial que define el uso del suelo no existe. En relación a las áreas residenciales comerciales, recreación y fábricas, no tienen orden en su sistema particular de transporte y tránsito.

Las palabras clave son salud y un medio ambiente adecuado, sin contaminación ni ruido.

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