Hace dos días, el diputado Cristian Álvarez del partido político Compromiso, Renovación y Orden (Creo) presentó un proyecto de ley para derogar el Impuesto de Solidaridad (ISO). Se trata de la iniciativa que propone derogar el decreto número 73-2008 del Congreso de la República de Guatemala, Ley del Impuesto de Solidaridad.

Es una excelente iniciativa, dado que este año muchas empresas están pasando una situación económica y de flujo de caja verdaderamente difícil. Las empresas no quieren porque tengan pérdidas durante un período corto de tiempo, sino porque se descapitalizan y se quedan sin flujo de caja. El no tener liquidez les impide seguir operando y deben cerrar. El ISO es un impuesto que afecta terriblemente el flujo de caja de las empresas. Aunque sea acreditable al ISR (Impuesto sobre la Renta) de los siguientes tres años, es un impuesto que al pagarse antes de generar las inciertas utilidades reduce el capital de trabajo de las empresas que lo deben pagar. Si la empresa no tiene utilidades, es un impuesto al capital de esta y que se ha pagado sin haber tenido resultados positivos.

Este año, en que el gobierno ha paralizado drásticamente la economía del país, muchas empresas están siendo afectadas en su flujo de caja. La mejor forma que tiene un país para que la gente tenga más y mejores oportunidades de mejora de nivel de vida es a través de las inversiones de capital, es decir, que más empresas inviertan en máquinas y herramientas que incrementen la productividad. Esto significa más y mejores productos, menores precios y más oportunidades de ingresos reales para todos los guatemaltecos —se generan entre otros beneficios empleos permanentes—.

Es mejor que las personas reciban un salario fijo mensual a que el Gobierno otorgue temporalmente una ayuda económica. De hecho, estas ayudas económicas no servirán para que esta gente vuelva a conseguir un ingreso mensual fijo. Una vez quebrada una empresa, es difícil volver a levantarla, debido a la falta de capital. Así como el Gobierno ha sido tan populista con medidas redistributivas empobrecedoras debido a su acción de paralizar toda la economía del país, así debería revisar bien sus acciones para evitar descapitalizar a las empresas existentes y a las nuevas que quieran venir a invertir al país.

Eliminar el ISO no afectará enormemente al Gobierno, ya que más tarde recibirá el ISR. Pero sí afectará drásticamente a las empresas, al evitar descapitalizarlas anticipadamente, mucho antes que tenga las tan inciertas utilidades.

Hay quienes protestarán indicando que el ISO se creó para otorgar recursos a lo que se llama equivocadamente “inversión social”. Digo que es equivocado llamarle así porque es un gasto. Y con todo lo que aprobó este año el Gobierno a través de deuda y emisión monetaria del Banco de Guatemala, hay más que suficiente para cubrir esa actividad. Aunque habría que eliminarla, porque los que otorgan las ayudas sociales se han caracterizado por señalamientos terribles de corrupción, especialmente el Ministerio de Desarrollo (Mides).

La mejor forma de ayudar a los más vulnerables del país, es decir, los más pobres, los que no tienen ingresos, es a través de una rápida y enorme inversión de capital. Sólo con más inversión de capital se lograrán incrementar las oportunidades de mejora de nivel de vida de todos los habitantes del país. Y para ellos es vital que las empresas inviertan todo su capital en aquellas cosas que generan riqueza, bienes y servicios baratos para todos. O incluso para exportar. Pero que no les quitemos antes de invertir parte de lo que les servirá para poner en marcha su operación.