PLUMA INVITADA
Un sueño de ocho cambios
Con la segunda vuelta de elecciones presidenciales se ha polarizado a la población. Irónicamente, ambos partidos contendientes poseen una ideología socialdemócrata. Sin embargo, la UNE representa el continuismo, mientras que muchos temen que un gobierno de Semilla sería un régimen comunista represivo, similar al de Stalin en la URSS. Es extraño que nadie piense que Guatemala podría tener un gobierno socialdemócrata al estilo de los países nórdicos de Europa, con un alto nivel de desarrollo humano, de bienestar social y de estabilidad política. ¿Qué cambios necesitaríamos para avanzar a ser un país como ellos?
' Urge un cambio radical en el sistema político de Guatemala. El voto nulo lo puso de manifiesto.
Carlos R. Paredes
Los cambios para Guatemala serían muy significativos y ninguno es inmediato. De ahí que a ningún político le interese iniciar un plan de desarrollo integral a 30 años. Sin embargo, el voto nulo puso de manifiesto el rechazo al sistema político actual. Es tiempo de actuar. Para avanzar, se necesitan de ocho cambios fundamentales, que serían los siguientes:
1. Educación de calidad: Lo más importante es invertir en una educación accesible y de calidad para todos los ciudadanos. Esto implica mejorar la infraestructura educativa, la capacitación de docentes y el acceso a oportunidades educativas para todos los grupos socioeconómicos.
2. Transparencia y lucha contra la corrupción: Es fundamental implementar medidas efectivas para erradicar la corrupción y fomentar la transparencia en las instituciones públicas. Con ello se gana la confianza de la población y se promueve un ambiente político más saludable.
3. Estado de Derecho y sistema judicial independiente: Es esencial garantizar un sistema judicial independiente y efectivo para asegurar la igualdad de todos ante la ley. Debemos proteger los derechos de los ciudadanos.
4. Bienestar social y seguridad social: La pobreza y las desigualdades económicas se pueden reducir implementando políticas sólidas de bienestar social y seguridad social.
5. Desarrollo sostenible: Es necesario adoptar medidas para proteger el medioambiente y promover un desarrollo sostenible. Son medidas que serán de beneficios a largo plazo para la sociedad y la economía.
6. Participación ciudadana y empoderamiento: Debemos fomentar la participación activa de los ciudadanos en la toma de decisiones políticas. Al fortalecer a la sociedad civil se genera una mayor responsabilidad y representatividad en el gobierno.
7. Estabilidad política y diálogo: Al fomentar el diálogo y la cooperación entre las diferentes fuerzas políticas se puede ayudar a alcanzar consensos y una favorable estabilidad política.
8. Desarrollo económico inclusivo: Es importante impulsar una economía diversificada que ofrezca oportunidades para todos los sectores de la sociedad. Con ello se reduce la pobreza y se mejorará la calidad de vida.
Es interesante notar que ninguno de los cambios mencionados es socialista/comunista ni requiere de una mayor intervención estatal. Al contrario, se apoyan en la economía capitalista (libre empresa, libre mercado, libertad de expresión, propiedad privada, estado de Derecho…). Son ocho cambios necesarios e importantes para el país. La pregunta, entonces, es: ¿Por qué no hemos empezado? Si hubiésemos iniciado con nuestra reciente república en 1986, hoy estaríamos como los países nórdicos.
La respuesta es que ninguno de los gobiernos que hemos elegido, sin importar su ideología política, se ha dedicado a trabajar por el provecho de la nación. Sencillamente se han dedicado a obtener beneficios personales/empresariales a corto plazo, resultando en una corrupción generalizada. La ideología inicial de cada partido es únicamente un vehículo para lograr el poder. Una vez electos, su ideología se transforma a casi siempre el oportunismo, que no es más que un sinónimo para el egoísmo.
Urge un cambio radical en el sistema político de Guatemala. El voto nulo de la primera vuelta lo puso de manifiesto. ¿Cuándo empezamos?